Tel Aviv se encuentra nuevamente en el centro de la crisis política en Israel, con miles de ciudadanos manifestándose contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en la plaza Habima. La indignación surge por la incapacidad del gobierno para lograr la liberación de todos los rehenes tomados por Hamás durante la invasión del pasado 7 de octubre.
Antes del conflicto entre Israel y Hamás, las protestas ya eran comunes en Tel Aviv, con críticas a Netanyahu por propuestas percibidas como intentos de fortalecer el Ejecutivo y tildándolo de dictador. Sin embargo, la situación actual intensifica la presión sobre el primer ministro, ya que se estima que alrededor de 250 personas fueron secuestradas, con aproximadamente 132 aún en Gaza y 27 fallecidos.
En medio de pancartas que retrataban a Netanyahu como «el rostro del mal» y exigían «elecciones ya», los manifestantes expresaron su frustración y preocupación por la falta de avances en la liberación de los rehenes. Avi Lulu Shamriz, padre de uno de los rehenes fallecidos, afirmó: «Ya es hora de liberarlos».
Las críticas se extienden más allá de las fronteras de Israel, con legisladores estadounidenses cuestionando la gestión de Netanyahu. Tres legisladores, uno republicano y dos demócratas, expresaron dudas sobre su liderazgo y estrategia política en medio de la crisis. Un republicano señaló que es «muy difícil defender a Netanyahu» y hay «dudas reales sobre su capacidad para liderar».
Netanyahu, por su parte, ha afirmado que la guerra continuará hasta eliminar a Hamás, rechazando las críticas que sugieren una prolongación innecesaria del conflicto. Mientras las tensiones persisten en la región, las protestas en Tel Aviv y las dudas sobre el liderazgo de Netanyahu agregan un nuevo capítulo a la compleja situación política en Israel.