Ante la inminente llegada del huracán Beryl a territorio mexicano, los habitantes de Yucatán y Quintana Roo han comenzado a tomar medidas preventivas, pese a que las autoridades locales y federales han asegurado que el fenómeno no representa un peligro grave para la población.
A lo largo de las últimas horas, los supermercados y tiendas de conveniencia en ambas regiones se han visto abarrotados. Los residentes han estado adquiriendo alimentos enlatados, galletas, cartones de huevo, semillas, papel higiénico, agua y otros productos no perecederos. Además, están comprando planchas de aglomerado, madera y otros materiales para proteger sus viviendas.
El llamado a prepararse ha sido difundido principalmente a través de redes sociales, donde se han compartido videos mostrando la actividad frenética en las tiendas. La desconfianza de la población en las garantías oficiales ha llevado a muchos a asegurar provisiones y reforzar sus hogares ante la amenaza del huracán.
En paralelo, el gobierno ha activado medidas de emergencia. Laura Velázquez Alzúa, coordinadora nacional de Protección Civil, presentó un informe en el que detalló las acciones a tomar en Quintana Roo, donde se espera que Beryl tenga mayor impacto. Entre estas medidas, se anunció la suspensión de clases los días jueves 4 y viernes 5 de julio. Además, se han preparado 112 refugios y se ha desplegado un contingente de más de 8,000 elementos para atender a la población.
Según el informe de Velázquez Alzúa, el huracán Beryl se encuentra a 1,400 kilómetros de las costas mexicanas y se anticipa que ingrese por los municipios de Tulum y Felipe Carrillo Puerto. Aunque las autoridades han tratado de calmar los ánimos, indicando que el fenómeno no será tan destructivo, la comunidad se prepara para cualquier eventualidad, recordando que la precaución es clave ante fenómenos naturales impredecibles como los huracanes.
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