En Laredo y el estado de Texas las hospitalizaciones por COVID-19 marcaron descenso, después de permanecer al alza por 46 días.
Aunque son oleadas después de una celebración como el Super Bowl de ayer domingo, esperaremos en quince días el resultado de las reuniones, indicó el Dr. Víctor Treviño, autoridad de salud.
El Departamento de Salud de Texas dijo que el sábado, 6 de febrero, 600 hospitales de Texas reportaron baja en su ingreso, luego que el 20 de diciembre se registró el mayor número de infectados.
La autoridad estatal de salud indicó que a mediados de enero se exhibió un récord de casos del coronavirus.
El coordinador de emergencia en Laredo, el jefe de bomberos Guillermo Heard dijo que había menos casos de hospitalización permitiendo un desahogo, pero recomendó que no se debe bajar la guardia.
El porcentaje hospitalario es del 33 por ciento y su preocupación se basó en que las familias rebasen las advertencias y emergencias, así como los mecanismos legales.
“Han descendido los números, como en otras épocas, pero después de un día festivo se incrementan”, dijo el Dr. Treviño.
“Dura dos a tres semanas, viene otro día festivo y se incrementan los números de afectados. Son olas y estamos arriba y abajo. Para salir de esto la sociedad debe tomar muy en cuenta que no deben reunirse sin necesidad”.
El Dr. Treviño lamentó que en enero murieran 159 personas por COVID-19, aunque en los últimos dos días, de acuerdo con el informe oficial, no hubo muertes por COVID.
El estado de Texas reporta un promedio de 300 muertos por día en los 254 condados, pero indica que desde Laredo hasta el norte del estado las estadísticas suben.
Laredo sigue figurando como un punto de alto riesgo, además de no contar con alternativas para controlar la propagación y las vacunas no han alcanzado los niveles que deberían para proteger a los habitantes.