Empresas constructoras enfrentan crisis laboral estacional ante éxodo por condiciones climáticas y mejores sueldos en maquiladoras.
El sector de la construcción en Nuevo Laredo enfrenta un déficit de entre mil y mil quinientos trabajadores, debido a un fenómeno que se repite cada temporada de calor: la migración de albañiles hacia las maquiladoras.
Las temperaturas extremas, que en esta frontera superan los 42 grados Celsius incluso antes del verano, han propiciado una fuga de mano de obra difícil de contener.
Empresarios de la construcción reconocen que este fenómeno ha venido acentuándose en los últimos años.
Los trabajadores, expuestos al sol y al esfuerzo físico en condiciones extremas, están optando por empleos en las líneas de producción de la industria maquiladora, donde encuentran un entorno más favorable y menos exigente físicamente.
“Sí estamos batallando, y ahora más por la falta de personal. El calor ha hecho que muchos ya no regresen a laborar. Prefieren irse a trabajos donde no estén expuestos al sol, con sombra e incluso aire acondicionado”, explicó José Cruz, empresario constructor y expresidente de la Asociación de Constructores de Nuevo Laredo.
Uno de los factores que agrava esta migración laboral es que los sueldos ofrecidos por las maquiladoras son competitivos. Un ayudante de albañil gana poco más de tres mil pesos semanales, mientras que en la maquila puede obtener ingresos similares o superiores, especialmente al trabajar horas extra, y con un desgaste físico significativamente menor.
De acuerdo con estudios del sector, el aumento al salario mínimo en la frontera norte ha hecho más atractivos los empleos industriales.
Esto, sumado a las condiciones climáticas extremas, ha generado un desequilibrio en la disponibilidad de personal calificado para las obras de construcción, dificultando la entrega de proyectos en tiempo y forma.
Incluso los sindicatos de la construcción, tradicionalmente aliados estratégicos para la contratación de mano de obra, se han visto rebasados.
“Ya ni los sindicatos pueden ayudarnos. No tienen la capacidad para atraer agremiados, porque la gente ya no quiere trabajar bajo el sol”, lamentó el empresario.
El sector constructor hace un llamado a las autoridades y a la iniciativa privada para diseñar estrategias que hagan más competitiva y digna la labor en obra, como incentivos económicos, jornadas adaptadas al clima o mayor inversión en tecnologías que mitiguen la exposición al calor.
Mientras tanto, la fuga de albañiles sigue siendo uno de los retos laborales más urgentes en esta frontera.