La cadena de gimnasios SmartFit enfrenta nuevamente una crisis de imagen luego de que José N., un hombre que se ejercitaba en la sucursal Roma-Condesa, falleciera tras presentar vómito y desvanecerse durante su entrenamiento. Aunque una persona solicitó una ambulancia, el hombre fue trasladado al hospital sin signos vitales. Según el periodista Carlos Jiménez, el personal del gimnasio no logró ofrecer una atención médica efectiva y carecía de protocolos para atender la emergencia. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México abrió una carpeta de investigación para esclarecer lo ocurrido y evaluar si hubo negligencia u omisión de auxilio por parte de la empresa.
Este caso se suma a una serie de fallecimientos registrados en distintas sedes de SmartFit en la Ciudad de México y el Estado de México, lo que ha generado serias críticas a la cadena por su falta de condiciones mínimas de seguridad y atención médica. En estos casos previos, se reporta que las sucursales no cuentan con desfibriladores, personal capacitado ni protocolos adecuados. Entre las muertes recientes figuran hombres y mujeres de entre 20 y 74 años en sedes como Iztacalco, Puerta Aragón, Parque Tepeyac, Iztapalapa, Cuautitlán Izcalli y Plaza Tlatelolco. Los relatos de testigos coinciden en señalar una atención tardía y falta de respuesta profesional ante emergencias.
La Fiscalía ha iniciado investigaciones por homicidio culposo en varios de estos incidentes y ha asegurado inmuebles e incluso detenido personal ante posibles actos de negligencia. Las autoridades evalúan si las instalaciones de SmartFit están incumpliendo con los reglamentos de protección civil y las normas requeridas para garantizar la seguridad de sus clientes. Mientras tanto, la cadena enfrenta un creciente escrutinio público por la reiteración de incidentes mortales en sus gimnasios.