El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, admitió que las negociaciones para establecer un alto al fuego entre Rusia y Ucrania “no son fáciles”, aludiendo a la complejidad del conflicto y la persistente violencia. Durante su visita a la ciudad de Odesa, donde se reunió con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, Rutte reconoció los intentos de mediación encabezados por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, al destacar que “todos apoyamos los esfuerzos del presidente Trump por la paz”.
Sin embargo, también condenó los constantes ataques rusos contra civiles y estructuras básicas, a los que calificó como parte de un “terrible patrón” de agresiones. Por su parte, Zelenski lamentó que el presidente ruso Vladimir Putin haya ignorado desde hace más de un mes la propuesta estadounidense de una tregua total. Subrayó además la urgente necesidad de recibir sistemas de defensa antiaérea como los misiles Patriot, los cuales, según afirmó, están disponibles pero dependen de la voluntad política de los líderes internacionales para ser enviados.
En este contexto, la administración de Trump ha buscado acelerar el cese de hostilidades mediante conversaciones directas y por separado con ambas partes. El gobierno ucraniano, bajo presión internacional, aceptó un cese al fuego temporal de 30 días, aunque las condiciones para consolidar una paz duradera aún están lejos de cumplirse. Con más de tres años de guerra y decenas de miles de muertos, el conflicto sigue generando preocupación global, mientras la diplomacia internacional intenta frenar la escalada.