La Organización Mundial de la Salud (OMS) subrayó que la viruela del mono, conocida también como Mpox, no debe considerarse como «el nuevo COVID», pues el mundo ya posee suficiente conocimiento y herramientas para enfrentarla. Hans Kluge, director para Europa de la OMS, aseguró que, aunque el clado I del virus sigue siendo motivo de estudio, se tiene un conocimiento amplio del clado II, que causó la epidemia global de 2022.
El aumento de casos en la República Democrática del Congo y otros países africanos, atribuido al clado Ib, llevó a la OMS a decretar el 14 de agosto una emergencia sanitaria pública internacional, el máximo nivel de alerta. La viruela del mono, enfermedad viral que se transmite de animales a humanos y entre humanos por contacto cercano, ha mostrado un crecimiento preocupante en estas regiones. Según reportes, el número de casos en el Congo subió a 16,700, con más de 570 muertes.
Catherine Smallwood, de la oficina europea de la OMS, mencionó que hasta ahora no se ha detectado transmisión de animal a humano del clado Ib, lo que indica una propagación más eficiente entre personas. Además, se están investigando diferencias en la gravedad entre los clados Ia y Ib del virus.
A nivel global, la OMS ya había decretado una emergencia similar en 2022 debido a la rápida propagación del Mpox, una alerta que fue levantada en mayo de 2023. Sin embargo, el reciente brote en África ha generado preocupación, especialmente por el aumento de casos en niños menores de 15 años. En respuesta, se han anunciado envíos de vacunas a la región, con Estados Unidos comprometiendo 50,000 dosis y Japón enviando 3.5 millones de dosis específicas para niños.
El ministro de Sanidad de la República Democrática del Congo, Samuel-Roger Kamba, ha declarado que el país se encuentra en una «emergencia continental» y espera que la llegada de las vacunas ayude a controlar el brote. La OMS continúa trabajando con los países afectados para implementar programas de vacunación y frenar la expansión del virus.