MARIO AGUILAR
El nivel del río bravo en Nuevo Laredo ha empezado a decender de manera notoria, ahora es muy común ver isletas en el afluente que antes eran cubiertas por el agua.
Ahora hasta la tabla métrica con que se mide el nivel de agua del río Bravo ha empezado a notarse más abajo de su nivel mínimo, por lo que se confirma la baja importante en el agua que lleva en su caudal.
Gustavo Pantoja Villarreal, presidente del Centro de Estudios del Río Bravo (Cier) confirmó que el nivel del río es bajo y esta falta de agua en su afluente hace al menos 25 años que no se veía.
Descartó que se vaya a secar, pero sí dijo que se está a tiempo para que todos los ciudadanos tomen conciencia sobre la importancia de cuidar y preservar el agua.
Indicó que esta situación se presenta en muchas partes del mundo a consecuencia del calentamiento global, mismo que ya alcanzó a Nuevo Laredo con el desfase de lluvias y temperaturas extremas que se están viviendo por arriba de los 42 y hasta 43 grados.
“Es el nivel más bajo que se ha presentado en los últimos 25 años, va directamente relacionado al tema de la sequía, mismo que depende del nivel de lluvia que se tenga río arriba. El río no se va a secar, todavía tendrá niveles más bajos en su corriente y esperamos que en este segundo semestre del año la lluvia favorezca sobre todo en la parte de Colorado, Chihuahua, Durango que es parte de los afluentes que tiene la cuenca del río y que vendría a ayudar con el tema del bajo nivel y la sequía que tenemos en la región”, explicó Gustavo Pantoja, presidente del CIER en Nuevo Laredo.
Se reiteró que el río Bravo no se va a secar, pero es urgente que la ciudadanía se concientice para su conservación.
