La Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) confirmó que un meteoroide de dos pies de diámetro y un peso de unas 1,000 libras cayó en el sur de Texas, cerca de McAllen.
La respuesta de la NASA fue emitida luego que residentes del Valle del Río Grande reportaron conmocionados el miércoles una bola de fuego atmosférica y un fuerte sonido alrededor de las 6 p.m (hora del Este).
En un comunicado, la agencia informó que el ángulo y la velocidad de entrada, junto con señales mostradas en el radar meteorológico, son consistentes con otras caídas de meteoritos que ocurren naturalmente.
La NASA agregó que el radar y otros datos indican que los meteoritos llegaron al suelo en este evento, pues pese a que los meteoritos tienden a golpear la atmósfera de la Tierra a altas velocidades, disminuyen su velocidad luego y se rompen en pequeños fragmentos antes de tocar el suelo.
Los meteoritos se enfrían rápidamente y, por lo general, no representan un riesgo para el público. Pequeños asteroides ingresan a la atmósfera de Estados Unidos una o dos veces al año en promedio y, a menudo, arrojan meteoritos al suelo.
Se pide que si residentes creen haber encontrado un fragmento del meteorito, se comuniquen con el Smithsonian.
La NASA es el hogar de los principales científicos de muestras extraterrestres del mundo, así como la colección más extensa de materiales extraterrestres en la Tierra, pese a esto la NASA no mantiene colecciones de meteoritos encontrados en Estados Unidos.
Sin embargo, estos meteoritos son seleccionados por la Institución Smithsonian y otras instituciones científicas y académicas de todo el país.
Cuando se recolectan y estudian muestras como los restos de este evento, mejoran nuestra comprensión del origen y la evolución de nuestro sistema solar y nuestro entorno local de desechos espaciales naturales.