El hombre acusado de atropellar a decenas de personas en una multitud que celebraba el Año Nuevo en el Barrio Francés de Nueva Orleans falleció tras un intercambio de disparos con la policía, según informes de CNN y NBC. Aunque las autoridades aún no han confirmado oficialmente esta información, se sabe que el incidente dejó al menos 10 muertos y decenas de heridos, lo que ha conmocionado a una de las ciudades más visitadas de Estados Unidos.
El ataque ocurrió cuando una camioneta blanca atravesó una barricada a alta velocidad, arrollando a los asistentes antes de que el conductor abandonara el vehículo y comenzara a disparar. La policía respondió al fuego, resultando en la muerte del sospechoso. Según testigos, el vehículo fue manejado de manera deliberada y a gran velocidad, generando pánico en una zona repleta de celebraciones y eventos especiales.
Además, un artefacto explosivo improvisado fue encontrado en el lugar, lo que llevó al FBI a asumir la investigación. Aunque no se considera un ataque terrorista, las autoridades describen el suceso como un «horrible acto de violencia». La ciudad había desplegado medidas de seguridad intensivas debido a las festividades y al próximo partido de fútbol americano Sugar Bowl, que atrae a miles de visitantes.
Este trágico evento resalta la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en grandes reuniones públicas, mientras Nueva Orleans enfrenta el impacto emocional y logístico de este ataque.