Las muertes ocurridas durante la presentación de Travis Scott en el mega show en Houston, aumentaron este domingo. La más reciente víctima es también la más joven: Ezra Blount, de 9 años, originario de Dallas, quien había estado en un coma inducido desde el 5 de noviembre.
Las autoridades de la ciudad aún investigan lo que llevó al caos en el evento con entradas agotadas que congregó a unos 50 mil fans. Scott, un rapero conocido por sus conciertos energéticos, dijo que cubrirá los costos funerarios para las víctimas.
Ben Crump, un abogado que representa a la familia Blount, dijo en un comunicado de prensa el domingo por la noche que estaba «comprometido a buscar respuestas y justicia» a nombre del pequeño.
«La familia Blount llora esta noche la incomprensible pérdida de su adorado hijo pequeño», dijo Crump. «Esto no debió ocurrir por llevar a su hijo a un concierto, debió ser una celebración alegre. La muerte de Ezra es absolutamente devastadora».
Treston Blount, el padre de Ezra, describió lo que pasó el 5 de noviembre en una publicación en la página GoFundMe que creó para cubrir los gastos médicos de Ezra.
Dijo que su hijo estaba en sus hombros cuando la multitud los aplastó. El padre quedó inconsciente y cuando volvió en sí, el niño ya no estaba. Entonces comenzó una búsqueda frenética hasta que Ezra apareció eventualmente en el hospital gravemente herido.
El niño sufrió daños severos en su cerebro, riñones e hígado después de ser «pateado, pisoteado y casi aplastado hasta morir», de acuerdo con una demanda presentada por su familia contra Scott y la organizadora del evento, Live Nation. La familia Blount pide al menos un millón de dólares en indemnización.