Miles de migrantes, principalmente de Cuba, Venezuela, Haití y Honduras, se han aglomerado en las afueras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en Tapachula, Chiapas, buscando solicitar refugio tras el cierre de la frontera y las deportaciones masivas ordenadas por el gobierno de Donald Trump. Desde el jueves pasado, muchos migrantes comenzaron a formarse en largas filas, con el fin de ser los primeros en solicitar su asilo, pero se enfrentaron a una notable desorganización. Según los testimonios de los solicitantes, tanto los elementos de la Guardia Nacional como el personal de la Comar provocaron caos al manejar mal las filas, lo que generó enfrentamientos y discusiones entre los migrantes.
A pesar de que la Comar distribuyó boletos para atender a un número limitado de personas, muchos migrantes que llegaron tarde no pudieron ser atendidos y tuvieron que esperar más tiempo. En el lugar se vivieron momentos de tensión, con empujones y jaloneos entre los solicitantes, quienes acusaron a las autoridades de alterar el orden y permitir que algunos se saltaran las filas.
Yureima Hernández, una migrante venezolana, explicó que la Guardia Nacional, al intentar controlar la situación, obligó a los migrantes a formar varias filas en lugar de dos como estaba originalmente dispuesto, lo que causó que algunos ocuparan los primeros lugares en la fila de forma injusta. A pesar del caos, Hernández decidió quedarse en Tapachula y solicitar refugio mientras espera que las políticas migratorias de Estados Unidos cambien.
Las aglomeraciones no se limitaron a Chiapas, ya que también se reportaron largas filas en la sede de la Comar en Naucalpan, Estado de México, donde migrantes intentaban regularizar su situación en el país. La creciente presión por acceder a una solicitud de asilo refleja la continua crisis migratoria que atraviesa la región.