Con el reciente triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la comunidad migrante en la frontera norte de México reacciona con preocupación y dudas sobre su futuro. Para muchos, la llegada de Trump representa un nuevo obstáculo en su intento por alcanzar mejores oportunidades laborales en suelo estadounidense.
“Tenemos miedo todos los migrantes. Esperamos que él considere que necesitamos ayuda y nos apoye; él es el presidente y debe velar no solo por su país”, comenta Emir, migrante de Michoacán, que espera una oportunidad para cruzar la frontera.
Activistas y representantes de organizaciones pro migrantes en ciudades como Tijuana advierten sobre el aumento del racismo y la xenofobia, que atribuyen al ambiente político generado por el próximo cambio de gobierno. José María García Lara, de la Coalición Pro Migrante, señala que, con el retorno de Trump, la situación se complicará: “La comunidad migrante sigue llegando, aunque ahora muchos se instalan temporalmente en departamentos mientras esperan el momento de cruzar de manera irregular.”
Para migrantes como Gabriela Martínez, quien llegó con sus tres hijos y espera desde hace tres meses una cita a través de la aplicación CBP ONE, las expectativas de obtener trabajo en Estados Unidos son cada vez más inciertas. “Vengo del puerto de Veracruz y, con eso de que ganó Donald Trump, ya no parece tan viable; él no quiere a los mexicanos allá”, expresa con preocupación.
En este contexto de incertidumbre, la comunidad migrante mantiene la esperanza, conscientes de que para muchos, esta es la última oportunidad de construir un mejor futuro para sus familias.