México ha asumido un papel protagónico en un nuevo plan latinoamericano diseñado para abordar la migración hacia Estados Unidos desde un enfoque humanitario. Ante la inminente llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense, el gobierno mexicano, representado por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, anunció medidas concretas para apoyar a países de Centroamérica, el Caribe y Sudamérica interesados en implementar programas sociales que reduzcan el flujo migratorio.
El denominado «Modelo Humanitario de Movilidad Humana» busca atender las causas estructurales de la migración, como la pobreza y la falta de oportunidades, mediante esquemas de cooperación regional. Entre las acciones previstas destacan la ampliación de programas como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, además de iniciativas en agricultura sostenible, combate al cambio climático y fortalecimiento de capacidades públicas.
El plan incluye también la preparación para posibles deportaciones masivas anunciadas por Trump, quien prometió firmar órdenes ejecutivas en su primer día de mandato. Como respuesta, los cancilleres latinoamericanos delinearon estrategias conjuntas para la creación de albergues, esquemas de empleo y apoyo financiero para los países receptores de migrantes deportados.
En palabras de De la Fuente, estas acciones buscan transmitir a los migrantes un mensaje claro: «No están solos». Bajo la coordinación de la Agencia Mexicana para la Cooperación y Desarrollo (AMEXCID), México reafirma su compromiso de trabajar de manera solidaria con sus vecinos regionales, fortaleciendo los lazos multilaterales para abordar la compleja crisis migratoria.