En México, el aguinaldo es una prestación garantizada por la Ley Federal del Trabajo (LFT), y su pago debe realizarse antes del 20 de diciembre de cada año. Si un trabajador renuncia antes de esta fecha, no pierde su derecho al aguinaldo. Según la LFT, todos los empleados tienen derecho a recibir al menos 15 días de salario por cada año trabajado, y si deciden renunciar, la empresa está obligada a pagar la parte proporcional del aguinaldo correspondiente al tiempo trabajado durante el año.
Por ejemplo, si un trabajador con un salario mensual de 10,000 pesos renuncia después de haber trabajado 200 días, el cálculo del aguinaldo proporcional sería de 2,740 pesos. Si el empleado trabajó todo el año, el aguinaldo completo debe ser entregado.
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) aclara que el aguinaldo debe incluirse en la liquidación o finiquito al momento de la terminación del contrato, por lo que no es necesario esperar hasta el 20 de diciembre para recibirlo.
Si un trabajador no recibe su aguinaldo proporcional tras renunciar, puede presentar una queja ante la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet). Además, si el empleador no paga el aguinaldo a tiempo, podría enfrentar sanciones económicas que van desde 5,428.50 pesos hasta 542,850 pesos. La Profedet ofrece asesoría gratuita para ayudar a los trabajadores a reclamar este derecho legal.