La medida, según explicó, busca fortalecer la producción nacional y proteger a los trabajadores estadounidenses frente a la competencia extranjera
washington, D.C.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ante un grupo de trabajadores siderúrgicos que su gobierno duplicará los aranceles al acero importado, elevándolos del 25% actual al 50%.
El anuncio fue realizado durante un mitin celebrado en el estado de Pensilvania, una región históricamente vinculada a la industria metalúrgica y clave en el panorama electoral del país.
La medida, según explicó, busca fortalecer la producción nacional y proteger a los trabajadores estadounidenses frente a la competencia extranjera.
“Vamos a imponer un aumento del 25%. Vamos a llevar del 25% al 50% los aranceles al acero en Estados Unidos, lo que asegurará aún más la industria del acero en nuestro país”, declaró el mandatario en medio de vítores y aplausos.
Trump insistió en que esta acción es necesaria para evitar que el acero extranjero, que a menudo es subsidiado o vendido por debajo del costo, continúe inundando el mercado estadounidense y desplazando la producción local.
La decisión representa una intensificación de la política comercial proteccionista que ha caracterizado a la administración Trump, especialmente en relación con productos estratégicos como el acero y el aluminio.
Desde su primer mandato, el presidente ha argumentado que estas medidas son esenciales para garantizar la seguridad económica y nacional, además de generar empleos bien remunerados para los trabajadores estadounidenses.
Sin embargo, la medida ha generado preocupación entre algunos sectores industriales y analistas económicos, quienes advierten sobre los posibles efectos negativos.
Aumentar los aranceles podría provocar represalias comerciales por parte de socios clave como la Unión Europea, China, Canadá y México.
Asimismo, podría aumentar los costos de producción para empresas nacionales que dependen del acero como materia prima, afectando la competitividad en sectores como la automotriz, la construcción y la maquinaria pesada.
Pese a estas advertencias, Trump reiteró su compromiso con lo que llamó “una política de acero fuerte” y acusó a las administraciones anteriores de haber permitido prácticas desleales de comercio que debilitaron la base industrial del país.
“Durante décadas, nuestros líderes entregaron nuestros empleos y nuestras fábricas a cambio de acuerdos comerciales que no beneficiaban al pueblo estadounidense. Eso se acabó”, enfatizó.
Con esta nueva ofensiva comercial, el presidente busca consolidar su apoyo en los estados industriales del llamado “cinturón del óxido”, una región decisiva para las próximas elecciones.
La propuesta de duplicar los aranceles al acero se suma a otras iniciativas de su agenda económica, que incluyen incentivos fiscales a la manufactura local y nuevas restricciones a las importaciones.
La reacción internacional ante esta medida se espera en los próximos días, mientras los mercados y gobiernos observan con atención el rumbo de la política comercial estadounidense.