Mark Carney se impuso en las elecciones parlamentarias de Canadá liderando al Partido Liberal, en una contienda marcada por la hostilidad del expresidente estadounidense Donald Trump.
El ahora primer ministro pidió a la población no olvidar la «traición» del país vecino, refiriéndose a las amenazas de anexión y los ataques arancelarios impulsados por Trump, quien irrumpió en la jornada electoral con publicaciones en su red social proponiendo convertir a Canadá en el «51º estado» estadounidense. Carney, que asumió el poder hace un mes tras la renuncia de Justin Trudeau, centró su campaña en rechazar la injerencia estadounidense y en prometer defensa férrea de la soberanía y economía canadienses.
En Ottawa, el ambiente fue de celebración cuando se confirmaron los resultados que daban la victoria a los liberales. El líder conservador Pierre Poilievre, quien se enfocó en los problemas internos como el alto costo de vida, reconoció su derrota y ofreció colaborar con el nuevo gobierno para contrarrestar los efectos de la guerra comercial.
Carney, que dirigió los bancos centrales de Canadá y el Reino Unido, aseguró que su experiencia financiera será clave para proteger al país frente a la ofensiva económica de Trump. El respaldo internacional no tardó: líderes de Reino Unido, India, China y la Unión Europea expresaron su disposición para fortalecer la cooperación con Canadá y defender el libre comercio.
Carney insistió en que Canadá decidirá su propio destino, alejándose de las presiones externas. Aún se desconoce si los liberales obtuvieron mayoría absoluta en el Parlamento de 343 escaños. Esta elección, que hace unos meses parecía perdida para los liberales, marcó un giro inesperado tras la salida de Trudeau y la agresiva retórica estadounidense, factores que impulsaron a Carney como un líder fuerte ante la crisis.