Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, ha desatado polémica al bromear sobre la violencia contra las mujeres en un momento en que el país enfrenta un aumento alarmante de violaciones. El comentario tuvo lugar el martes durante una reunión con ministros y empresarios en el Palacio de Planalto, sede del gobierno en Brasilia, donde Lula, de 78 años, hizo referencia a un estudio que muestra un aumento de la violencia de género tras los partidos de fútbol. En tono de broma, comentó: «Si el tipo es hincha del Corinthians, todo bien».
Este comentario no pasó desapercibido y generó críticas tanto dentro como fuera del gobierno. Amnistía Internacional denunció que el comentario de Lula normaliza una tragedia, recordando que al menos 10,600 mujeres han sido víctimas de feminicidio desde 2015. Además, la ONG destacó que las agresiones físicas contra mujeres aumentan un 21% en días de partidos de fútbol.
El expresidente Jair Bolsonaro y su esposa, Michelle Bolsonaro, también criticaron duramente a Lula por su comentario. La diputada Fernanda Melchionna, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), escribió en la red social X: «La violencia doméstica no es broma».
Ante la ola de críticas, Lula intentó moderar su discurso. Durante un evento con personas con discapacidad, mencionó que, siguiendo el consejo de la primera dama Janja, leería su intervención para evitar más polémicas.
La situación de la violencia contra las mujeres en Brasil es alarmante. Un informe del Foro Brasileño de Seguridad Pública reveló que en 2023 se registró una violación cada seis minutos, un aumento del 6.5% respecto al año anterior. En 2024, la tendencia continúa con más de 25,000 casos de violación reportados en el primer semestre, un incremento del 8% comparado con el mismo periodo del año anterior.
Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado la falta de políticas efectivas para proteger a las mujeres y castigar a los agresores. La impunidad sigue siendo un problema grave, con solo el 10% de los casos de violación llegando a juicio y menos del 5% resultando en condenas. Además, se ha señalado que el 60% de las violaciones son cometidas por personas cercanas a las víctimas, como parejas o familiares.
La necesidad de abordar este problema con seriedad y adoptar medidas contundentes es más urgente que nunca para frenar la violencia contra las mujeres en Brasil.
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