JOSÉ INÉS FIGUEROA VITELA
La fórmula acuñada de la movilidad social -educación, educación y más educación- ayer volvió a cobrar vigencia, al reivindicar los honores a los maestros que habían quedado pendientes de la celebración de su día.
En el acto, quedó de manifiesto que la política en Tamaulipas tiene en el magisterio un espacio de reconciliación y legitimidad, dentro de un círculo virtuosos de ganar-ganar, cuando se alinean los intereses con las aspiraciones colectivas.
El gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, durante la entrega de reconocimientos y premios de antigüedad, no dejó pasar la oportunidad para saldar cuentas con el gremio, dando a cada cual su lugar.
La entrega de las preseas “Maestro Altamirano” fue más que un acto protocolario: fue un mensaje directo de que los tiempos de confrontación han quedado en el pasado y ahí deben permanecer por el bien de propios y extraños.
La presencia del SNTE nacional, en la representación del Senador ALFONSO CEPEDA SALAS, su máximo dirigente, con el profesor JUAN ANTONIO RODRÍGUEZ, no fue producto de la casualidad.
Ni el reconocimiento al liderazgo estatal de ARNULFO RODRÍGUEZ TREVIÑO, fue improvisado. Se tejen hilos finos en la relación entre el poder estatal y la estructura magisterial, que se miden en resultados y de su tamaño es la solidez de esa alianza como sus alcances.
Con ellos, se abren o se cierran puertas de gobernabilidad, sobre todo en tiempos electorales, siempre a la sombra de los postulados que hablan de calidad y calidez en la educación, en lo que ningún factor sobra.
AMÉRICO se escucha puntual, cuando habla de valores y unidad. El discurso educativo le sirve como telón de fondo para el proyecto político más amplio, que pasa por necesidad en el ejercicio del poder pleno, con todos los hilos de la dispersa y disímbola geopolítica tamaulipeca en la mano.
Con la SEP de testigo y el SNTE en primera fila, así se refrendó la alianza que lo mantiene firme en ese apartado del gremio más grande y organizado de México y América.
No es solo gratitud: en parte también es estrategia reconocer a quienes llevan 30 o 40 años en las aulas, recuperando la memoria institucional íntimamente ligada al devenir histórico de los propios ciudadanos, en su paso por las aulas.
En tiempos donde el mérito escasea, estos actos alimentan el sentido de pertenencia y vocación y de paso, ayudan a curar heridas abiertas por gobiernos pasados, cuando el atropello y el despojo fue cosa común a lo que no fue ajeno el gremio magisterial.
Los maestros, decía, no están solos ni desorganizados; hoy tienen voz y representación, pero también exigencias claras: respeto, recursos y condiciones dignas.
AMÉRICO lo sabe y coincide en tal aspiración, comprometido hasta el límite de las disposiciones presupuestales. Por eso, su relación con el SNTE va más allá del protocolo.
Es pacto político, sí, pero también es una apuesta por el progreso y la buena marcha del Estado. Por eso, la ceremonia de ayer en el Polyforum recordó que enseñar sigue siendo un acto de resistencia.
Y en Tamaulipas, más que nunca, la educación vuelve a colocarse como el centro de la transformación, como para que se traduzca en aulas vivas, seguras y con futuro. Porque el verdadero reconocimiento al magisterio… no se entrega en una medalla.
En el Congreso Local, el Foro Avances y Retos en la Procuración de Justicia en el Combate a la Corrupción, celebrado en el marco de una sesión de comisiones, fue ocasión para que se revisaran y propusieran reformas al marco jurídico a fin de facilitar la persecución de los delitos en el servicio público.
El Fiscal Especializado en Combate a la Corrupción, JESÚS EDUARDO GOVEA OROZCO, en entrevista con los medios, habló de la judicialización de 20 expedientes, la vinculación a proceso de 15 funcionarios del anterior sexenio y 800 carpetas de investigación abiertas por presuntos delitos.
Ya pronto, los obstáculos que sigue habiendo en las estructuras sembradas por el exgobernador prófugo van a liquidarse, para que finalmente se haga justicia al pueblo. Los trabajos previos están muy avanzados.