POR JOSÉ INÉS FIGUEROA VITELA
La celebración nacional del aniversario de la Constitución en el histórico Teatro de la República -Querétaro-, fue ocasión para exacerbar nuestro nacionalismo, solazarnos en nuestra identidad de mexicanos y consolidar la unidad que nos hace eternos e indestructibles como Patria.
Las noticias dirán que en el acto, la Presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO anunció el envío de dos iniciativas de reforma constitucional al Congreso de la Unión, en materia de no reelección en ningún cargo y la prohibición expresa de las nominaciones de consanguíneos en los relevos de cargos de elección popular.
También eso provocó “bravos” y “vivas”, entre los reiterados cantos del respetable proclamando investidura y estampa: ¡presidenta!… ¡presidenta!… ¡presidenta! En cada línea del mensaje de la doctora CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, se movieron las fibras sensibles de un pueblo gallardo y orgulloso, dispuesto y valiente para defender pasado, presente y futuro de una cultura, una personalidad, un derecho de ser y trascender en el concierto global.
Con la Presidenta y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas del país, estaban los gobernadores, diputados, senadores, magistrados, ministros, colaboradores del gabinete y titulares de los principales entes autónomos del país, entre otros invitados.
Por ellos la mención a la laureada escritora ELENA PONIATOWSKA, figura emblemática también, al recuerdo de los primeros constitucionalistas, entre poetas, periodistas y escritores que don BENITO JUÁREZ hizo generales, como GUILLERMO PRIETO, MELCHOR OCAMPO, IGNACIO ZARAGOZA, IGNACIO RAMÍREZ, FRANCISCO ZARCO, quienes con valentía y firmeza acompañaron las Leyes de Reforma.
“El pueblo de México manda y tiene además una lideresa incorruptible, defensora acendrada de la independencia y la soberanía nacional y de nuestro pueblo, inclusive allende las fronteras”, la había presentado el Presidente del Senado GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA, proclamando el honor y orgullo por su liderazgo.
El homenaje a los constituyentes del 17, en el lugar donde aprobaron la constitución de los Estados Unidos Mexicanos, la más avanzada en su tiempo, en el reconocimiento de los derechos individuales y sociales del pueblo, cuyos principios siguen vigentes.
“México es un país maravilloso, con un pueblo extraordinario -definió la Presidenta-: somos una gran nación donde crecieron culturas originarias que construyeron pirámides monumentales, valoraron los astros, la vida, la muerte (…) con lenguas únicas y conocimientos ancestrales que enriquecen la vida y el alma solidaria.
“México es grandioso por su pueblo honesto y trabajador que está hoy más empoderado que nunca; es imponente por nuestros hermanos y hermanas que viven del otro lado de la frontera y que añoramos y reconocemos como nadie. ¡Que vivan las y los migrantes!”, rubricó.
En los tiempos interesantes que nos toca vivir de transición y nuevos retos, convocó a potenciar lo mejor que tenemos para seguir erguidos, como patria, al repaso de las características, la historia, los actos de heroísmo, visión y liderazgo en el concieto universal que nos definen, con el marco jurídico que nos hemos dado, recuperado cuántas veces de ha extraviado.
Como la etapa de la Cuarta Transformación que ahora vivimos, luego de la larga noche neoliberal que inició en 1982 y terminó en el 2 mil 18 con la elección de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR como Presidente de la República.
Con una visión social y nacionalista -dijo-, para revertir 500 reformas a la constitución que echaron abajo las conquistas históricas. Privatizaron los bienes públicos -recordó la Presidenta- y los recursos naturales, subordinando la grandeza del país a intereses externos con lo que el bienestar y las conquistas sociales se vieron debilitadas, empobreciendo a la mayoría de los mexicanos, privando al país de la democracia con fraudes electorales.
El neoporfirismo coronado de corrupción y privilegios. Por eso el nuevo rumbo en base a una verdadera democracia con justicia social y libertades encausadas en el anterior sexenio y reivindicadas hace un año, cuando los mexicanos dijeron “que siga la transformación y llegue la primera Presidenta.
“Si lo pensamos, también eligió un nuevo congreso constituyente”, remarcó SHEINBAUM, aludiendo a las profundas reformas enviadas, que son parte hoy del constituyente que todos honramos al respetar la reforma al Poder Judicial.
“Todo poder dimana del pueblo y es para el beneficio de este”, recordó el mandato constitucional vigente desde el origen de la carta magna y reconoció en esta, el escudo para defender a la nación.
“En estos tiempos que aparecen amenazas a la soberanía nacional y el espíritu intervencionista asoma a las puertas de la patria, reconocemos su grandeza. México es un país libre, soberano, independiente; no somos colonia de nadie, ni protectorado de nadie. Podrán amenizarnos con el atropello, pero jamás permitiremos que violen nuestra soberanía y pisoteen la dignidad de la patria”.
Y la sentencia reiterada: cooperación sí, coordinación sí, colaboración sí; sometimiento no, nada de injerencismos, intervencionismo, racismos, clasismos.
“Sí a la defensa de nuestra constitución, de nuestras libertades, de la democracia, de la patria”, siguió proclamando y a cada expresión, las representaciones aclamando “¡Presidenta!…” Que se oiga fuerte y lejos, que cualquier intención de afectar los derechos de nuestro pueblo libre, independiente, soberano, se topará con un pueblo valiente, que sabe luchar pa derechos. Estamos unidos y unidas, listos, listas, para enfrentar lo que el futuro nos depara.