POR José Inés Figueroa Vitela
¿Se acuerda de quienes reclamaban a voz en pecho porque los elementos de nuestras fuerzas armadas nacionales se dejaban maltratar por simples ciudadanos y presuntos delincuentes?
Son los mismos que ahora andan reclamando, en la escena nacional, por el o los militares que, presuntamente, perdieron la calma y dispararon contra civiles que los confrontaban, hace unos días.
A los jerarcas, operarios y simpatizantes de la reacción conservadora, les da lo mismo blanco que negro, el chiste es atacar al gobierno en turno, brincando en los extremos del discurso sobre un mismo tema.
De los recientes hechos de Matamoros, igual se les acabó el motivo, cuando los desaparecidos extranjeros aparecieron, dos de ellos con vida, igual como se han recuperado otros grupos e individuos en lo que va del nuevo gobierno, a diferencia de como cerró la administración panista, con un acumulado de miles de personas sin que se hubiera vuelto a saber nada de ellas, ni vivas, ni muertas.
Siempre se dijo, por las autoridades en turno, que era una investigación y búsqueda en proceso; aunque siguen abiertos esos trabajos, las nuevas revelaciones que han ocupado a la opinión pública internacional van atemperando la dimensión de los hechos.
Aunque nunca será justificación o excluyente para la intervención de las autoridades, no es lo mismo que se hubiera visto en problemas un grupo de jóvenes que andaban atendiéndose temas de salud, a que se trate de exconvictos, drogadictos, con antecedentes de violencia y narcotráfico.
Igual la supuesta “entrega” de los presuntos involucrados en el secuestro y agresión a los ciudadanos estadounidenses, de parte del grupo al que habrían pertenecido, trastocando el escenario posterior a los hechos, ha de tomarse con las debidas reservas.
Hasta ayer tarde, la Fiscalía General de Justicia del Estado se declaraba en desconocimiento de los hechos, ampliamente difundidos por los medios, sin que se le hubiera dado parte de las personas abandonadas, amarradas, la noche de la víspera, en el mismo lugar del “levantamiento” del viernes.
Sí, es verdad que existen grupos delincuenciales en la frontera de Tamaulipas, como en todos los estados del norte del país y en la mayoría de las franjas divisorias entre dos países con grandes desigualdades, como es el caso.
Las bandas del narcotráfico que de este lado de El Bravo operan, tienen su contraparte del otro lado, que distribuyen esos narcóticos y por supuesto, un mercado muy amplio que las hace tan rentables, como para derramar la sangre humana que ha cubierto el territorio nacional sin el menor escrúpulo, amparados en las armas y caudales que de allá vienen.
A la luz de esas primicias puede hacerse el debate, primero, sacudidos de posturas electoreras de los otros grupos delincuenciales, que buscan incrustarse en el poder público igual, sin escrúpulos, mintiendo y pretendiendo llevarse entre las patas a quien se les atraviese.
Ya se sabe, los medios lo han registrado, son los amigos del expresidente TRUMP, empeñado en repetir en el cargo, quienes han tomado de bandera el tema de los grupos delincuenciales mexicanos, como agentes del terrorismo, para hacer campaña.
Y en el aquí y ahora, son los rémoras del cabezato y el mismo exgobernador prófugo, quienes haciendo apología del delito, andan construyendo escenarios de terror, pretendiento que los del nuevo gobierno son iguales que ellos.
A nadie engañan; las diferencias son abismales, tanto como ellos son delincuentes contumaces, puntualmente reconocidos y los nuevos, van construyendo con dignidad y legalidad, la transformación esperada.
Ahí andan, tratando de defender los indefendible; pretendiendo privilegios de parte de quienes pretendieron hacer sus víctimas, solo evitado por el peso del voto ciudadano y reaccionando con violencia verbal y mediática, cada que sienten que el largo brazo de la justicia finalmente ha de alcanzarles.
Hasta el Fiscal General de Justicia IRVING BARRIO MOJICA ahora resulta que no hizo lo que hizo, no dijo lo que dijo, ni actuó como actuó, pero si respondió, “de volada”, a los señalamientos que una actvista le hizo durante La Mañanera, en México capital.
IRVING sí trabajó con GENARO GARCÍA LUNA. Con él estrenó la estrategia de los testigos falsos, para meter a la cárcel al Jefe polifederal que le acusó de corrupción, misma que luego repitió en Michoacán y aquí en Tamaulipas no se cansó de hacerlo, entre muchos otros casos, con el asesinato del periodista en Nuevo Laredo.
Que también es falsa la afirmación de que “los enemigos del Fiscal morían en accidentes”, no lo sabemos, pero nunca se aclaró la forma como “se suicidó” en una cárcel de Texas, el “testigo favorito” de don IRVING, por citar un ejemplo.
Le conederé razón a su defensa contra la afirmación de que “nunca ha concluido un caso”; a los enemigos políticos y propietarios de los bienes que se le antojaron a su patrón, siempre los metió a la carcel.
Sí, la mayoría demostró que fueron delitos inventados y salieron exhonerados, pero algunos sin dinero para el abogado, o con los magistrados aun al servicio de aquel, permanecen presos.
Todo ello, sin detrimento de las aclaraciones que deba dar respecto de la muerte del exalcalde y exlegislador potosino Pedro Carrizales, “El Mijis”, cuyos deudos no acaban de aceptar la versión de que perdiò la vida en un accidente carretero cerca de Nuevo Laredo.