JOSÉ INÉS FIGUEROA VITELA
Tampico históricamente ha sido reconocida como “la capital de las Huastecas”. Es la concentración urbana y cosmopolita más cercana al norte de Veracruz, el oriente de San Luis Potosí y el norte de Hidalgo, que componen con sus vecinos de Querétaro, precisamente la región Huasteca.
Luego entonces, cada que un Presidente de la República anda de gira por esta zona, el puente aéreo regularmente se da a través del llamado Puerto Jairo tamaulipeco. Antes, el protocolo marcaba hacerle los honores a la investidura presidencial por la autoridades locales del lugar por donde pasaba y por eso, muchas veces, aún estando solo de paso, el gobernante en turno recibía y honraba al Presidente en Tampico, cuando iba a la huasteca con escala aquí.
Era un saludo de “buenos días y adiós”, fuera de la ceremonia de ordenanza, lo cual, aunque no ha desaparecido del todo, ha perdido la rigurosidad de antaño.
Ahora que la Presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO ha andando muy de cerca atendiendo y dando seguimiento a la atención de los damnificados del temporal en la amplia región huasteca, aunque ha andado muy de paso, se ha dado tiempo para intercambiar con el Gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA el estado y el auxilio para los propios.
La presencia y concurrencia del Mandatario tamaulipeco, ha alcanzado no solo para prevenir y permanecer atentos de las necesidades en la desembocadura del Pánuco, por los municipios de Madero y Tampico, sino para mandar a través del orden institucional y de los ciudadanos todos, auxilio a los damnificados de otras entidades.
Antes de venir, ya la Presidenta SHEINBAUM había ponderado la sensibilidad y prestancia del pueblo tamaulipeco, que a través del Gobernador AMÉRICO había mandado, en los primeros días de la contingencia, helicóptero, víveres y medicinas, con especialistas, para ayudar a algunas de las comunidades más afectadas en el norte de Veracruz.
En reunión de trabajo, en el mismo Tampico, la propia Presidenta el fin de semana agradeció y reconoció la concurrencia de Tamaulipas, con cuyo gobierno y pueblo se reiteró solidaria y lista para apoyar si las consecuencias del temporal extendían sus afectaciones hasta esta zona.
La amenaza mayor, era un eventual desbordamiento del río Pánuco con las avenidas de la corriente que vienen desde el centro del país y cruza las huastecas, aunque con mucha anticipación se prendieron las alertas y se dispusieron los recursos que pudieran necesitarse en condiciones adversas.
A instancias del Gobernador, se instaló una mesa de Coordinación en la que “se sentaron” con los suyos, los representantes del Gobierno federal y los alcaldes de los municipios conurbados a la margen del Pánuco, monitoreando el nivel de la corriente río arriba.
Personalmente, con gente de la Comisión Nacional del Agua, el Gobernador sobrevoló el afluente, cruzando los municipios del norte de Veracruz y San Luis Potosí, hasta Tamuín, en este último estado, por casi 200 kilómetros de trayecto lacustre.
La bendita naturaleza amortiguó el peso del sobreflujo, desparramándose antes de entrar a la zona urbana del sureste tamaulipeco, por las lagunas que se encontraban secas, de tal manera que el nivel empezó a decrecer, cuando se esperaba la cresta, disipándose la amenaza mayor.
En atención a la recomendación de la Presidenta de la República, nunca se bajó la guardia -hasta hoy en día se mantiene-, para amortiguar, como se ha hecho, el impacto de cualquier imponderable que pudiera causar daño a los ciudadanos y la infraestructura.
Parece sencillo, de trámite, pero aun tenemos fresco en la memoria, como se hicieron las cosas en el sexenio pasado, para seguir insistiendo en las marcadas diferencias.
¿Qué habría hecho el exgobernador prófugo en una situación así? Lo hizo, de hecho, muchas veces: dejar a la gente a su suerte y dedicarse a pedir presupuesto adicional para robárselo, con el pretexto de falsas afectaciones. ¿Ayudar a alguien más de otro estado? ¡Qué esperanzas!; con los gobiernos panistas de otras entidades lo que hizo fue triangular fraudes para desviar el presupuesto.
Hoy solo la presencia de la Presidenta y el Gobernador, en Los Hechos, brinda confianza, esperanza, tranquilidad a los ciudadanos y eso… eso es lo más valioso.