El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha descrito la victoria del candidato ultraderechista Javier Milei en las elecciones presidenciales de Argentina como un «autogol». Durante su conferencia matutina, expresó su respeto por la decisión tomada por el pueblo argentino aunque señaló que este cambio hacia la derecha podría no ser beneficioso para el país. Esta victoria ha generado un debate sobre un reajuste ideológico en América Latina y anticipa un cambio significativo en la relación diplomática entre México y Argentina, tras un acercamiento durante el mandato de Alberto Fernández.
López Obrador manifestó sus diferencias ideológicas con Milei, destacando su desacuerdo con los gobiernos clasistas y racistas, así como con lo que él considera la hipocresía característica de la derecha. A pesar de las felicitaciones de políticos opositores en México hacia Milei, el presidente descartó un posible efecto dominó en su país, asegurando que el pueblo mexicano está consciente y es uno de los más politizados, por lo que el riesgo de un retorno de la derecha al poder es nulo.
Además, López Obrador y otros líderes de su partido, Morena, rechazaron la idea de un «contagio» del triunfo de Milei en México, respaldando la estabilidad económica actual y las reducidas posibilidades de opciones políticas radicales. A pesar de las posturas extremas de Milei, la ultraderecha no tiene representación oficial en el sistema de partidos en México, aunque figuras como Eduardo Verástegui buscan candidaturas independientes con posturas igualmente extremas.
La postura oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México fue más mesurada, mostrando disposición para trabajar en una agenda común con la Administración de Milei, enfatizando los valores compartidos entre ambos países y manteniendo la tradición de no intervenir en los asuntos electorales de otras naciones.
Esta victoria de Milei en Argentina ha puesto en discusión la dinámica política en la región mientras varios países de América Latina se preparan para elecciones presidenciales el próximo año, incluyendo a El Salvador, República Dominicana y México.