Luego de casi dos años sin hacer uso de su crédito en la tienda Coppel, Fernando Leija recibe una llamada telefónica en la que le informan que tiene dos meses de adeudo.
Desconcertado por la situación, la curiosidad lo lleva a preguntar de que se trata, pues si bien también cuenta con una tarjeta de crédito de la tienda, esta va al corriente y tampoco debería tener adeudos.
“Las tarjetas las tenía en ceros. Un día empiezo a recibir llamadas que uno cree es spam por ser de otras entidades. Después recibo una llamada con lada 867, la cual contesto y que resulta era de Coppel para pedirme que pase a pagar”, relata.
Aún incrédulo sigue cuestionando a la persona del otro lado de la línea, quien refiere que el sistema indica que hace unos meses hizo unas compras a crédito, y es tiempo de que no se ha hecho ningún abono por dicha mercancía.
“Yo le dije que yo no he hecho ninguna compra, cómo me están cobrando algo que yo no he hecho si tengo casi dos años sin comprar nada en la tienda. Me dijeron que desconocían más sobre el asunto y era necesario ir a verificar a la tienda”, explica el afectado.
Acto seguido, Fernando revisa la aplicación en su teléfono celular, en el que para su sorpresa aparece una compra aparentemente realizada por él en febrero 7, solo que la transacción fue hecha en una sucursal del Estado de México mientras se encontraba en Nuevo Laredo.
Los artículos, unos audífonos Sony y un control de Xbox One S, que en conjunto le valieron una deuda de casi 3 mil pesos.
Una compra realizada por una persona desconocida, pero que proporcionó datos como dirección y teléfono de esta ciudad.
“Al darme cuenta marco a servicio al cliente, me dicen que van a revisar el caso. Así queda y recibo un correo semanas después de que siguen trabajando en el caso, y al final la respuesta es que la compra se hizo con huella, por lo tanto afirman que yo hice la compra y que debo pasar a pagar”, revela.
Con todos los pronósticos en contra, y con la seguridad de que no realizó esas compras, Fernando dice estar atado de manos al no encontrar los argumentos para ejercer su defensa, peor cuando los ejecutivos de la tienda confirman que se utilizó una huella para adquirir los electrónicos.
“Ya que te clonen la huella es que les hackearon, o tienen una seguridad pésima para que alguien se meta a tu base de datos y te modifique la huella o alguien interno hace eso, alguien de sistemas que son los que usualmente tienen el acceso y modificaron los datos”, agrega.
Aun y cuando la información proporcionada en el Estado de México no coincide con la de Nuevo Laredo, donde se emitió el crédito, Coppel no quiere dar marcha atrás y se niega a una investigación más a fondo, y exige el pago de los casi 3 mil pesos.