El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) publica trimestralmente el índice de la tendencia laboral de la pobreza, el cual indica el porcentaje de la población con ingresos laborales por debajo del costo de una canasta alimentaria básica. Este índice refleja la cantidad de personas que, a pesar de tener un empleo, no ganan lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas de alimentación.
Desde 2020, este índice ha mostrado una mejora progresiva, recuperándose del aumento significativo causado por la pandemia de COVID-19. En el cuarto trimestre de 2018, el 40.7% de la población ocupada ganaba menos de lo necesario para comprar una canasta alimentaria. Este porcentaje disminuyó gradualmente hasta alcanzar el 36.6% antes de subir al 46% durante la crisis sanitaria en el tercer trimestre de 2020.
Posteriormente, el índice ha descendido paulatinamente, situándose en 35.8% en el primer trimestre de 2024, una cifra significativamente mejor que el 37.7% registrado en el primer trimestre de 2023. Esta mejora es notable, ya que es la primera vez en tres años que el porcentaje de pobreza laboral es menor que el registrado antes de la pandemia.
El Coneval también reporta que los ingresos laborales han mejorado. En el primer trimestre de 2023, el ingreso promedio per cápita mensual era de 3,058.6 pesos, aumentando a 3,277.58 pesos en el primer trimestre de 2024, un incremento real del 7.2%. En áreas urbanas, el ingreso promedio aumentó en un 7.6%, mientras que en áreas rurales el aumento fue del 5.4%, reflejando aún una brecha significativa entre ambos contextos.
A pesar de estas mejoras, la pobreza laboral persiste, especialmente en el ámbito rural, donde el 49.6% de la población ocupada sigue ganando menos de lo necesario para adquirir una canasta alimentaria básica. Este dato subraya la necesidad de mayores esfuerzos y políticas para abordar las disparidades económicas y mejorar las condiciones de vida en las áreas rurales.
Además, la informalidad en el empleo sigue siendo un problema grave. Los trabajadores en el sector formal ganan en promedio 10,280 pesos mensuales, mientras que los trabajadores informales apenas alcanzan los 5,052.33 pesos al mes, menos de la mitad de lo que ganan sus contrapartes en el sector formal. Esta diferencia refleja la precariedad de los empleos informales y la urgencia de formalizar el empleo en México.
Finalmente, aunque ha habido avances en la reducción de la pobreza laboral, los ingresos actuales aún no son suficientes para asegurar una vida digna para muchas personas en México. Con un ingreso per cápita promedio de 3,278 pesos mensuales, muchas familias todavía enfrentan dificultades para cubrir sus necesidades básicas diarias. Esto evidencia que, a pesar de los progresos, es crucial seguir trabajando para mejorar los salarios y las condiciones laborales en todo el país.









