El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su intención de colaborar de manera “constructiva” con el nuevo gobierno de Donald Trump, quien en su anterior mandato redujo considerablemente las contribuciones estadounidenses a agencias clave del organismo, como la Organización Mundial de la Salud, y se retiró del Acuerdo de París sobre el Clima. Guterres felicitó al mandatario por su triunfo y reafirmó la importancia de la cooperación entre Estados Unidos y la ONU para enfrentar los desafíos globales.
A lo largo de su primer mandato, Trump no solo implementó recortes financieros a los programas de la ONU, sino que también mantuvo una postura crítica hacia el organismo y sus políticas, especialmente en temas ambientales y de derechos reproductivos. Con el regreso de Trump, analistas como Richard Gowan, del International Crisis Group, anticipan nuevas tensiones y posibles recortes en la financiación de iniciativas clave, dado que la ONU ya enfrenta una crisis presupuestaria.
La relación entre ambas partes también se complica por las recientes críticas de la ONU hacia la situación en Gaza, que han generado fuertes reacciones en el Congreso estadounidense y en sectores republicanos. El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, reconoció que, aunque ambos líderes tienen “buenas relaciones”, existen diferencias en temas clave, lo que podría dificultar la cooperación.
Mientras la comunidad internacional observa con cautela, queda por ver a quién elegirá Trump para representar a Estados Unidos ante la ONU, una posición estratégica para sus políticas exteriores y su vínculo con el organismo.