El enviado especial de Trump para Ucrania, Keith Kellogg, señaló que Kiev podría realizar ataques de largo alcance contra Rusia con armas estadounidenses, mientras Moscú minimizó el alcance de esa posibilidad. El Kremlin advirtió que analizará su respuesta si se confirma la autorización
Washington.- El enviado del presidente Donald Trump para Ucrania, Keith Kellogg, planteó la posibilidad de que Kiev ejecute ataques en profundidad contra territorio ruso utilizando armas proporcionadas por Estados Unidos.
La declaración llega tras un giro en la postura del mandatario republicano sobre el conflicto, luego de su encuentro con el presidente ucraniano, Volodymir Zelensky.
En entrevista televisiva, Kellogg fue cuestionado sobre si Trump había dado luz verde a operaciones ofensivas en Rusia.
“Leyendo lo que ha dicho el presidente, el vicepresidente (J.D. Vance) y el secretario de Estado (Marco Rubio), la respuesta es sí. No existen santuarios”, afirmó. El diplomático precisó que cada operación tendría que ser evaluada por el Pentágono y dependería de la decisión final del mandatario.
Por su parte, el vicepresidente Vance declaró en el mismo programa que Washington estudia la venta de misiles de crucero Tomahawk a países europeos para que éstos los transfieran a Ucrania.
“Como dijo el presidente, lo estamos considerando”, sostuvo, al señalar que existen varias solicitudes en análisis. Moscú reaccionó con cautela a las declaraciones. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró que “no existe un arma mágica capaz de cambiar la situación en el frente, ni Tomahawk ni otros misiles”.
Añadió que, de confirmarse la autorización estadounidense, surgirían “preguntas obvias” sobre quién asigna los objetivos y quién ejecutaría los lanzamientos.
Trump había manifestado en febrero que Zelensky no tenía “las cartas” para vencer a Rusia. Sin embargo, la semana pasada expresó que Ucrania, con apoyo de la Unión Europea, estaba en condiciones de recuperar “toda su integridad territorial”, lo que marcó un viraje en su postura.
El conflicto continúa en su cuarto año tras la invasión rusa de febrero de 2022, que derivó en la ocupación de regiones del este y sur de Ucrania, además de la anexión de Crimea en 2014.
Pese a la presión internacional, el Kremlin ha reiterado su intención de proseguir con su ofensiva. En paralelo, el presidente Vladimir Putin firmó este lunes el decreto que pone en marcha la campaña de otoño del servicio militar obligatorio.
Entre octubre y diciembre, 135 mil jóvenes rusos de entre 18 y 30 años serán incorporados al ejército, que ya sumó 160 mil reclutas en la campaña de primavera.