La cantante e influencer Kenia OS desató opiniones divididas al declarar públicamente que considera a Peso Pluma su “príncipe azul”. La artista de 25 años, originaria de Mazatlán, fue interceptada por la prensa a su llegada a México tras un viaje romántico a parques temáticos en Estados Unidos, y con entusiasmo confirmó su relación con el intérprete de corridos tumbados. “Claro que mi novio es un príncipe azul”, dijo sonriente ante las cámaras, agregando que se siente feliz y plena en esta etapa. Sin embargo, sus declaraciones generaron una ola de reacciones en redes sociales, donde algunos celebraron su libertad para amar, mientras otros cuestionaron la idealización del cantante, cuya vida sentimental ha sido objeto de polémicas previas.
El comentario reavivó el debate en plataformas como Instagram y X (antes Twitter), donde seguidores señalaron que Peso Pluma ha sido relacionado con figuras como Nicki Nicole, y que su historial amoroso no encaja con el arquetipo de “príncipe azul”. Incluso algunas voces criticaron el impacto que este tipo de discursos podría tener en la audiencia juvenil de Kenia OS, especialmente al presentar una imagen de amor romántico que, para algunos, raya en lo fantasioso. No obstante, otros defendieron la postura de la artista, asegurando que tiene derecho a vivir y expresar su relación a su manera, sin ser juzgada por el pasado de su pareja.
La historia de amor entre Kenia OS, cuyo nombre real es Kenia Guadalupe Flores Osuna, y Peso Pluma (Hassan Emilio Kabande Laija) comenzó a circular desde inicios de 2025. Aunque la pareja tardó en confirmar públicamente su relación, fue vista repetidamente en conciertos y salidas. Uno de los momentos más virales fue cuando Peso Pluma bajó del escenario para besar a Kenia durante un show en vivo, gesto que avivó aún más el interés del público. En la reciente entrevista, la cantante afirmó que ahora se siente en libertad de compartir lo que vive sin necesidad de explicaciones constantes.
Durante el mismo encuentro con los medios, Kenia reafirmó su visión romántica al declarar: “Soy una princesa de Disney, mi amor”, reforzando su narrativa de cuento de hadas. Aunque su visión fue celebrada por algunos como una expresión de empoderamiento y autenticidad, otros continúan debatiendo sobre la conveniencia de proyectar un ideal romántico en una relación que se desarrolla a la vista de todos.
