Jazmín Zulema Sixto Moreno, de 28 años, y Juan Carlos Ortiz, de 31, salieron en la noche del lunes de su turno en el hospital Belisario Domínguez. Ambos son pareja, enfermeros y trabajan desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en la primera línea contra el coronavirus, en el área de Terapia Intensiva. La fatalidad los atrapó en el vagón de la Línea 12 que se vino abajo cuando se dirigían hacia su domicilio en Chalco. Ahora, sus compañeros, los mismos con los que llevan meses luchando codo con codo contra la pandemia, luchan para salvarles la vida.
Esta pareja forma parte de los más de 69 heridos registrados tras el accidente en la Línea 12 de Metro ocurrido en la noche del lunes a la altura de la avenida Tláhuac. Además, 25 personas perdieron la vida. Hasta el momento, en el Belisario Domínguez solo se había registrado un fallecimiento, el de Juan Luis Díaz Galicia, un chofer que trabajaba en Coyoacán y que murió en su camino a casa. La mayoría de decesos fueron trasladados a la Coordinación Territorial Iztapalapa 6 de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. Durante toda la jornada, familiares de las víctimas peregrinaron por los hospitales hasta dar con sus allegados.
“Salieron de trabajar y abordaron el metro una estación antes, en la siguiente fue cuando colapsó”, explicó Norberto Moreno Rodríguez, tío de Jazmín Zulema. El hombre pasó todo el día en el exterior del hospital, a la espera de noticias. Al interior, otros dos integrantes de la familia y seis más donando sangre.
El recorrido de Sixto Moreno y Ortiz es trágico. Salieron juntos del hospital y accedieron al metro en la parada Tezonco, apenas a unos metros del Belisario Domínguez. Por delante tenían hora y media de transporte público hasta llegar a su domicilio. No llegaron a avanzar más de 500 metros. El lugar del siniestro, justo después de la parada, es prácticamente visible desde el centro hospitalario.
En medio de la confusión la mujer logró agarrar su teléfono y marcar a su papá. Muy cerca del lugar del colapso vive su hermano, así que en 20 minutos había sido ingresada en el Belisario Domínguez, su lugar de trabajo, el hospital que acababa de abandonar.
Él, sin embargo, tuvo otro recorrido. Cuenta Moreno Rodríguez que las emergencias lo enviaron a otro hospital más alejado. Y que, una vez allí, le dieron el alta. Sin embargo, él no se encontraba bien. Lo primero que hizo nada más abandonar el centro hospitalario fue acudir al Belisario Domínguez a ver cómo estaba su esposa. Pero al llegar, sus compañeros le dijeron que no se encontraba bien, que no les gustaban sus contusiones en la cabeza y que creían que podía tener daños en el riñón. Y lo enviaron a Terapia Intensiva.
Allí estaban a última hora los dos. Ella perdió mucha sangre, hasta cuatro litros, y tuvo que sufrir una intervención de bazo que se alargó durante cuatro horas. Él, por su parte, se recupera de las contusiones en la cabeza y los daños en el riñón.