Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reconocieron este martes haber disparado contra civiles palestinos durante operaciones de reparto de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, dejando como saldo la muerte de varias personas, según confirmaron autoridades castrenses. Los hechos ocurrieron cerca de los centros de distribución establecidos por la Fundación Humanitaria de Gaza, donde se congregaron decenas de familias que buscaban alimentos y suministros básicos en medio de la crisis humanitaria.
En un comunicado, el ejército israelí explicó que los soldados abrieron fuego real porque, según su versión, percibieron que su seguridad estaba en riesgo por la multitud que se acercaba a los convoyes de reparto. La justificación oficial sostiene que la presencia de civiles en zonas de conflicto supone riesgos adicionales cuando, aseguran, existe la posibilidad de infiltración de milicianos de Hamás entre la población. No obstante, la admisión de la autoría de los disparos ha generado duras críticas de organizaciones humanitarias y gobiernos que exigen una investigación internacional.
Mientras tanto, la Defensa Civil de Gaza informó que al menos 23 personas murieron entre bombardeos y disparos perpetrados por fuerzas israelíes durante el fin de semana, cifra que incluye a varios menores de edad. Las imágenes de familias despidiendo a las víctimas, difundidas por agencias internacionales, reavivaron la indignación global por la escalada de violencia en un territorio asediado, donde la escasez de alimentos y medicinas es crítica.
Ante el creciente repudio, el ejército israelí anunció que revisará su plan de distribución de ayuda para evitar tragedias similares y garantizar, aseguran, que los suministros no terminen en manos de Hamás, organización que Tel Aviv responsabiliza de utilizar a la población como escudo humano. Sin embargo, la comunidad internacional y agencias de derechos humanos reiteraron su llamado a Israel para que garantice la protección de civiles y respete los corredores humanitarios.
En paralelo, Irán elevó la tensión diplomática al exigir ante la ONU que se declare a Estados Unidos e Israel como “agresores” por los ataques del pasado 13 de junio y los recientes incidentes en Gaza. Organismos como la ONU y la Cruz Roja han reiterado la urgencia de ampliar la asistencia humanitaria a la Franja, advirtiendo que la situación podría empeorar si no se garantiza la seguridad de la población durante la entrega de ayuda básica.
El episodio añade presión sobre el gobierno israelí y las potencias aliadas, que enfrentan críticas por la continuidad de operativos militares en áreas densamente pobladas. Mientras tanto, miles de gazatíes sobreviven entre ruinas, escasez y la incertidumbre de cuándo podrán recibir asistencia sin temor a convertirse en víctimas colaterales del conflicto armado que se prolonga sin una solución a la vista.