Las tensiones entre Irán y Estados Unidos escalaron luego de que el gobierno iraní advirtiera ante la ONU que cualquier agresión de Washington tendrá graves consecuencias. En una carta dirigida al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el embajador iraní, Amir Saeid Iravani, denunció las recientes declaraciones del expresidente Donald Trump, calificándolas de «imprudentes e incendiarias», al tiempo que reafirmó el derecho de Irán a defenderse ante cualquier amenaza.
Trump, quien reactivó su política de «máxima presión» contra Irán, ha insistido en que su objetivo es evitar que la república islámica adquiera armas nucleares. En entrevistas recientes con medios estadounidenses, el exmandatario declaró su preferencia por alcanzar un acuerdo con Irán antes que recurrir a la fuerza militar. Sin embargo, las autoridades iraníes desconfían de las intenciones de Washington, especialmente después de que Estados Unidos anunciara nuevas sanciones destinadas a reducir las exportaciones de petróleo iraní a cero.
En respuesta, Iravani instó al Consejo de Seguridad de la ONU a condenar la «retórica descarada» de Trump, argumentando que viola el derecho internacional y la Carta de la ONU. Además, dejó claro que Irán «defenderá resueltamente su soberanía, integridad territorial e intereses nacionales contra cualquier acción hostil». A pesar de las presiones de Estados Unidos, Irán ha mantenido su postura de que su programa nuclear tiene fines pacíficos y ha negado cualquier intención de desarrollar un arma nuclear. No obstante, el país ha aumentado significativamente el enriquecimiento de uranio hasta un 60% de pureza, acercándose al umbral del 90% necesario para fabricar un arma atómica, según el organismo de control nuclear de la ONU.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, también cuestionó la sinceridad de Washington y reiteró que su gobierno está abierto al diálogo, pero no bajo amenazas ni presiones económicas. La postura de Irán deja en claro que cualquier intento de negociación deberá realizarse bajo términos equitativos y sin medidas coercitivas unilaterales. La reactivación de la campaña de «máxima presión» de Trump y las tensiones crecientes entre ambas naciones podrían tener implicaciones significativas en la estabilidad de Medio Oriente y en los mercados internacionales de energía. Con Irán incrementando su capacidad nuclear y Estados Unidos endureciendo su postura, el riesgo de un conflicto diplomático y militar sigue latente, con la ONU como un posible mediador en esta disputa.