El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) está ejecutando un ambicioso plan para aumentar su capacidad de detención migrante de 40 mil a 100 mil camas antes de que finalice el año. Con un presupuesto recién asignado de 45 mil millones de dólares, la agencia comenzó la construcción de campamentos temporales en distintos puntos del país. Entre las nuevas instalaciones destacan centros con capacidad para miles de detenidos, como el previsto en Fort Bliss, Texas, que albergará 5 mil camas, además de otros en estados como Colorado, Indiana y Nueva Jersey.
La estrategia incluye el uso de tiendas de campaña a gran escala, muchas de ellas ubicadas en bases militares, como parte de un proceso que también contempla cárceles ya administradas por ICE. Un funcionario de alto rango explicó que la agencia está explorando todas las opciones disponibles, incluido el alojamiento temporal en instalaciones militares, para responder al creciente número de detenciones derivadas de las políticas migratorias actuales.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha mostrado preferencia por que los centros de detención sean gestionados por gobiernos estatales y locales con administraciones republicanas, en lugar de depender de empresas penitenciarias privadas. Noem indicó que actualmente se encuentra en negociaciones con al menos cinco estados gobernados por republicanos para replicar el modelo del centro de detención conocido como “Alligator Alcatraz” en Florida, que ha sido utilizado como referencia para nuevas construcciones.
Aunque la agencia federal no confirmó todos los detalles del plan, el incremento presupuestal y las declaraciones de altos funcionarios revelan una expansión sin precedentes de la infraestructura de detención migrante en Estados Unidos. Este movimiento se produce en medio de tensiones crecientes sobre las políticas migratorias, protestas en diversas ciudades y el temor de comunidades migrantes ante una nueva oleada de redadas y detenciones masivas.
La decisión ha generado debate sobre el papel de ICE en la política migratoria estadounidense y sobre los derechos humanos de los migrantes detenidos, mientras la administración federal avanza con una política de contención más estricta en su frontera y territorio.