En 2020 se diagnosticaron 1.925 nuevos casos de VIH en España; de ellos, casi una tercera parte se produjo durante relaciones sexuales entre heterosexuales. Es fácil que este dato, extraído del último informe de vigilancia epidemiológica del VIH y sida, que cada año publica el Ministerio de Sanidad, pase inadvertido: acostumbrados durante años a oír hablar de colectivos de riesgo, parecería que en el subconsciente colectivo se haya asociado el VIH a una enfermedad que afecta a otros, especialmente a hombres que tienen sexo con hombres o a personas que ejercen la prostitución.
“Uno de los problemas básicos es la percepción social de que el VIH es una realidad que no nos afecta: soy heterosexual, no tomo drogas, no soy trabajador del sexo… Esto no va conmigo”. Es el día a día de Alejandro Bertó, gerente de Sevilla Checkpoint, un centro comunitario de detección del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS): “Se ha hablado demasiado de grupos de riesgo y se ha perdido la percepción de que, en nuestros días, el VIH se transmite mayoritariamente por relaciones sexuales sin protección. Seas hombre o mujer”.
“La no utilización del condón entre la población heterosexual casi se triplica con respecto a los hombres que tienen sexo con hombres”.
Efectivamente, los datos del Ministerio nos muestran que la transmisión entre personas que se inyectan drogas o como consecuencia de una transfusión son minoritarios; también revelan que, del total de nuevos diagnósticos, un 82,7% se han producido a través de una relación sexual.
A este respecto, la doctora María José Galindo, jefa de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico de Valencia, advierte: “Es cierto que, en la mayor parte de los casos, esta transmisión se produce en el contexto de una relación entre hombres, pero esto no puede invisibilizar la transmisión heterosexual, porque perpetuamos el problema”.