Más de 330 mil hectáreas quedaron arrasadas en la peor ola de incendios de las últimas décadas en España, que obligó a desplegar ayuda internacional y llevó al Ejecutivo de Pedro Sánchez a anunciar la creación de una Agencia Estatal de Protección Civil
Madrid.- España comienza a superar la peor ola de incendios forestales de su historia reciente, después de que durante los últimos dos meses se registraran 93 siniestros en todo el territorio nacional, 39 de ellos considerados de gran magnitud.
El balance oficial presentado por el Gobierno central cifra en 330 mil las hectáreas arrasadas por el fuego, una superficie equivalente a seis veces la isla de Ibiza. La etapa más crítica de los incendios se extendió durante 20 días consecutivos y coincidió con una ola de calor excepcional.
Los meteorólogos explicaron que se trató de la más intensa desde que existen registros modernos y la tercera más prolongada desde 1975.
Entre los días 11 y 17 de agosto se alcanzaron récords históricos de calor debido a la llegada de aire africano, la elevada insolación y la baja humedad, factores que complicaron gravemente la contención de los fuegos.
Las comunidades autónomas de Castilla y León y Galicia resultaron las más afectadas, con cerca de 300 mil hectáreas devastadas. Virginia Barcones, directora de Protección Civil y Emergencias, informó que el país ha superado la fase de “preemergencia” y ahora se mantiene en “estado de alerta y seguimiento permanente”, con la recomendación de no bajar la guardia.
Los incendios destruyeron por completo varias localidades rurales cuyos habitantes denunciaron falta de apoyo oportuno por parte de las instituciones.
A pesar de que se movilizaron cerca de seis mil efectivos de la Unidad Militar de Emergencias y otros cuerpos del Ejército, la magnitud de la catástrofe obligó a España a solicitar ayuda internacional. Francia, Italia, Rumanía, Países Bajos, República Checa, Eslovaquia, Finlandia, Grecia y Andorra enviaron medios humanos y materiales.
Ante las críticas ciudadanas por la in- suficiente respuesta de las administraciones, sobre todo de los gobiernos autonómicos —que ostentan la competencia en materia forestal—, el presidente Pedro Sánchez anunció un plan de diez medidas para reforzar la prevención y gestión de emergencias.
Entre ellas destacan la creación de una Agencia Estatal de Protección Civil y la puesta en marcha de una Estrategia Nacional de Resiliencia Hidráulica.
El plan incluye también la adaptación de la legislación al aumento de temperaturas previsto por los científicos, la construcción de una red de refugios climáticos, el fortalecimiento del papel del mundo rural en la protección del entorno y la promoción de una cultura cívica de prevención ante emergencias.