Xóchitl Gálvez, candidata opositora por la coalición Corazón y Fuerza por México, sorprende al anunciar un cambio drástico en su estrategia de campaña de cara al segundo debate presidencial.
Reconociendo sentirse incómoda durante el primer encuentro, Gálvez promete deshacerse de las restricciones impuestas por los partidos políticos y ser fiel a sí misma.
En una charla sobre su biografía, la candidata revela sus inseguridades y las presiones para adaptar su imagen personal a los estándares políticos tradicionales.
Ante críticas sobre su vestimenta y apariencia física, Gálvez enfatiza su determinación de ser auténtica y rebelde en la campaña.
Este ajuste revela tensiones internas entre sus convicciones personales y las expectativas de los partidos políticos que la respaldan.