En medio de la desesperación que enfrentan miles de migrantes, un nuevo y masivo intento de cruzar el río Bravo hacia Estados Unidos ha tenido lugar en Matamoros, Tamaulipas.
Se estima que más de dos mil personas, en su mayoría venezolanos y haitianos, se sumergieron en el caudal en busca de alcanzar territorio estadounidense y entregarse a las autoridades de ese país.
Este fenómeno, que se había reducido y solía presentarse por las noches, ahora ha resurgido con fuerza, con grupos de migrantes decididos a nadar hasta la zona fronteriza en busca de un mejor futuro.
La falta de respuestas por parte del programa CBP One ha llevado a esta situación desesperada. Mónica Hernández, una migrante venezolana que viaja con sus familiares, compartió sus experiencias y motivaciones detrás de esta arriesgada travesía.
“Ya estamos cansados de esperar”, expresó. Además, mencionó que han enfrentado discriminación, maltrato, robo e incluso intentos de secuestro sin que las autoridades intervengan en su favor.
Con la llegada de las fiestas decembrinas, se espera que el flujo de migrantes por el río Bravo continúe en aumento, ya que muchas familias buscan reunirse con sus parientes que ya residen en Estados Unidos en busca de un reencuentro y una nueva oportunidad de vida.
