Una investigación realizada por el diario francés Le Monde reveló que parte de la fortuna de la familia real de Mónaco fue depositada en paraísos fiscales, según los cuadernos del exadministrador del patrimonio real, Claude Palmero. Palmero, que trabajó para la familia real durante más de dos décadas, fue obligado a dimitir el año pasado y ha iniciado acciones judiciales contra el príncipe Alberto.
Según los cuadernos de Palmero, fondos de la monarquía han estado durante años en Panamá y las Islas Vírgenes Británicas, dos paraísos fiscales. El abogado del príncipe Alberto, Jean-Michel Darrois, confirmó la creación de sociedades offshore en Panamá en 1984, pero señaló que Alberto II había solicitado en varias ocasiones resolver la situación, lo cual no se llevó a cabo.
No está claro por qué la familia real eligió colocar fondos en el extranjero, ya que Mónaco no aplica impuestos sobre la renta o el patrimonio. Sin embargo, fuentes cercanas sugieren que el objetivo podría haber sido mantener en secreto sus finanzas y evitar la atención mediática.
El exadministrador Palmero, tras su despido, ha presentado denuncias contra la familia real, alegando «intento de extorsión y robo». La familia, a su vez, lo acusa de «abuso de confianza» y «robo de documentos». Este escándalo se suma a las acusaciones recíprocas y disputas legales entre Palmero y la familia real de Mónaco.