La Diócesis de Nuevo Laredo llevó a cabo la tradicional representación del Viacrucis el Viernes Santo, reuniendo a cientos de fieles en un recorrido de fe y reflexión que simboliza el camino de Jesús hacia la cruz.
En un ambiente de profunda devoción y recogimiento, la Diócesis de Nuevo Laredo realizó ayer el tradicional Viacrucis, un recorrido que conmemora el camino de Jesús hacia la cruz y que reúne a cientos de fieles en un acto de fe y reflexión.
La procesión, que dio inicio en la Explanada de Fundadores y concluyó en la Catedral del Espíritu Santo, permitió a los asistentes reflexionar sobre el sufrimiento humano desde la perspectiva de la fe.
“El sufrimiento puede ser redentor, salvador para nosotros si lo vivimos con Él”, destacó Monseñor César Garza Miranda, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey, quien acompañó a los feligreses en este recorrido.
La representación del Viacrucis es un momento significativo de la Semana Santa, que marca el Triduo Pascual y culmina con la Vigilia Pascual.
La procesión, más allá del simbolismo religioso, se convirtió en un momento de comunidad, fe y esperanza para los asistentes, quienes entre oraciones, cantos y silencio reflexivo, revivieron el sacrificio de Jesús en su camino al Calvario.
“El mensaje es contemplar con el corazón, escuchar con el corazón… aprender a vivir las cosas con Él y como Él lo hizo”, expresó el obispo.
Este acto litúrgico, que no incluye la celebración de la misa, es un recordatorio de la Pasión del Señor y una invitación a reflexionar sobre el sentido del sufrimiento humano.
La Diócesis de Nuevo Laredo continúa así una tradición arraigada en México y América Latina, que permite a los fieles profundizar en su fe y encontrar esperanza en la resurrección de Cristo.