En un esfuerzo por preservar las tradiciones y la riqueza cultural de México, la Escuela Miguel F. Martínez, en su turno matutino, llevó a cabo ayer su festival anual del Día de Muertos.
Este año, el evento tuvo un significado especial, ya que el altar se dedicó a la memoria de Miguel F. Martínez, el distinguido personaje que da nombre a la institución.
Durante la ceremonia, Norma Leticia Rivera Martínez, directora de la escuela, expresó la importancia de mantener vivas las costumbres mexicanas y resaltó el simbolismo del altar.
“Lo que nos hace permanecer en esta tierra, dando lo mejor de nosotros, es tener la sensibilidad de vivir lo que la cultura nos provee. La cultura mexicana nos brinda una riqueza inmensurable y nos une en un punto donde religiosidad, creencias antiguas y costumbres modernas se entrelazan de manera única”, comentó.
La directora también subrayó cómo cada generación aporta algo nuevo a esta celebración, enriqueciendo la tradición de honrar a los difuntos.
“Es un privilegio saber que, mientras el recuerdo persista, ese lazo de amor eterno entre el vivo y el que ya pasó a mejor vida se mantendrá”. En el altar, los estudiantes y docentes ofrecieron objetos, alimentos y bebidas que evocan los gustos de aquellos que partieron, dándoles así una cálida bienvenida en su retorno espiritual.
El evento no solo incluyó el montaje del altar, sino también actividades como poesía, declamación, manualidades con material reciclado y la creación de calaveritas literarias.
Además, los tradicionales personajes de catrinas y catrines desfilaron por el recinto, llenando de color y simbolismo la celebración.
La directora Rivera Martínez destacó que este homenaje también tenía un fin educativo: “Queremos que los alumnos comprendan quién fue Miguel F. Martínez, para lo cual leemos su biografía y contamos con un mural donde sus datos biográficos están plasmados. Esto amplía su cultura general y fortalece su identidad”.
Con la participación de toda la comunidad escolar, docentes y padres de familia, el Día de Muertos en la Escuela Miguel F. Martínez no solo sirvió para recordar a un gran personaje, sino para reforzar los valores y el sentido de pertenencia hacia la cultura mexicana, asegurando que esta tradición continúe viva para las futuras generaciones.
