A partir de abril de 2026, los beneficiarios del programa de Asistencia Nutricional Suplementaria en Texas no podrán utilizar sus beneficios para comprar dulces, bebidas azucaradas ni productos con alto contenido de azúcar añadido.
LAREDO, TX.- A partir del 1 de abril de 2026, los beneficiarios del programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) en Texas no podrán utilizar sus beneficios para adquirir dulces, bebidas azucaradas ni productos con cinco gramos o más de azúcar añadido.
La medida busca fomentar hábitos más saludables y fue autorizada por el gobierno federal a solicitud del estado.
La Comisión de Salud y Servicios Humanos de Texas (HHSC) informó que la restricción también incluye bebidas con edulcorantes artificiales, ya que diversos estudios señalan que estos productos no aportan beneficios a la salud infantil ni al bienestar de la población en general.
“Al restringir la compra con los beneficios del SNAP, Texas puede contribuir a garantizar la salud de los tejanos”, señaló la dependencia en un comunicado. “Las nuevas directrices permitirán que los recursos de los contribuyentes se destinen a alimentos con verdadero valor nutricional”.
Molly Regan, comisionada ejecutiva adjunta de Servicios de Acceso y Elegibilidad de la HHSC, subrayó la importancia de la medida: “El acceso a alimentos saludables es primordial para millones de familias. Estos cambios ayudarán a los tejanos a mejorar su salud, bienestar y calidad de vida”.
La HHSC ya inició el proceso de notificación a los comercios participantes en el programa para detallar los productos que quedarán excluidos de las compras con SNAP y garantizar el cumplimiento de la nueva normativa.
SNAP es un programa federal administrado en Texas por la HHSC. Actualmente beneficia a unos 3.5 millones de personas de bajos ingresos, a quienes permite adquirir alimentos básicos como frutas, verduras, carnes, cereales, leche, además de plantas y semillas para cultivo doméstico.
Con esta decisión, Texas se convierte en uno de los primeros estados en aplicar una restricción de este tipo dentro del programa, con la intención de reducir el consumo de productos ultraprocesados y azucarados que inciden en problemas de salud pública como la obesidad y la diabetes.