Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el embajador de Israel, Gilad Erdan, desató la controversia al triturar una copia de la Carta de la ONU como protesta contra la propuesta de ampliar los derechos de Palestina y su posible reconocimiento como Estado.
En un gesto desafiante, Erdan utilizó una pequeña máquina trituradora en el podio de la Asamblea General para destruir varias páginas de la Carta de la ONU mientras se dirigía a los asistentes. Este acto simbolizaba, según el embajador, la destrucción de los principios fundamentales de la Carta por parte de la Asamblea.
La acción del embajador israelí se produjo en un contexto en el que 143 países votaron a favor de otorgar a Palestina el reconocimiento pleno en la ONU, a pesar del reciente veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad. Aunque la resolución no otorga a Palestina la membresía plena, la califica para unirse a la ONU y «recomienda que el Consejo de Seguridad reconsidere el asunto favorablemente».
Este respaldo internacional a Palestina surge en medio de tensiones persistentes en la región, incluida la guerra entre Israel y Hamas en Gaza y la continua expansión de los asentamientos israelíes en la ocupada Cisjordania, considerados ilegales por la ONU.
La acción del embajador Erdan refleja las profundas divisiones y tensiones en el conflicto israelí-palestino, y destaca el desafío continuo para alcanzar una solución pacífica y duradera en la región.