En su reciente llegada a Marsella, el Papa Francisco hizo un llamado urgente a «socorrer» a los migrantes que arriesgan sus vidas en el mar, una declaración esperada y significativa en medio del debate en Europa sobre la acogida de refugiados. Desde los pies de la basílica neobizantina de Nuestra Señora de la Guardia, el Papa argentino enfatizó que es un deber humano y civilizado rescatar a aquellos que se encuentran abandonados en el mar y en peligro de ahogarse. El Papa también depositó flores en homenaje a los desaparecidos en el mar.
En un discurso ante líderes religiosos y miembros de asociaciones de ayuda a migrantes, el Papa expresó su agradecimiento por el trabajo de estas organizaciones, que a menudo enfrentan obstáculos gubernamentales en Europa para llevar a cabo operaciones de rescate, lo que calificó como «gestos de odio». Fabienne Lassalle, responsable de la ONG SOS Méditerrannée, expresó su esperanza de que las palabras del Papa tengan un impacto y contribuyan a poner fin a la criminalización de su acción.
La visita del Papa Francisco se produce en un momento en que miles de migrantes han llegado a la isla de Lampedusa, lo que ha llevado a la Unión Europea a adoptar medidas para ayudar a Italia a gestionar esta ruta migratoria desde el norte de África. El Papa lamentó la «crueldad» y la «falta de humanidad» que se vive en el Mediterráneo, donde más de 28,000 migrantes han desaparecido desde 2014 al intentar llegar a Europa desde África.
Aunque su visita a Marsella ha suscitado interés, el Papa aclaró que no se trata de una visita oficial a Francia, sino de clausurar un encuentro entre obispos y jóvenes del Mediterráneo, con temas como las desigualdades, el diálogo interreligioso y el cambio climático en la agenda. Se espera la presencia de miles de fieles en las calles de Marsella, una ciudad cosmopolita con diversas comunidades y religiones, especialmente durante la misa prevista en el estadio Velódromo con casi 60,000 asistentes, en la que estará presente el presidente francés, Emmanuel Macron, a pesar de las críticas.