En una ceremonia solemne, el Papa Francisco inauguró el Jubileo Ordinario de 2025 con el rito de apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Este evento marca el inicio de un tiempo de gracia y reconciliación que se extenderá hasta el 6 de enero de 2026. Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y en el interior de la Basílica, el Pontífice destacó la importancia del Jubileo como una invitación a la conversión y al encuentro renovado con Dios.
El acto comenzó con un momento de oración, en el que se proclamaron antífonas que subrayaron el simbolismo espiritual de la Puerta Santa como un umbral hacia un nuevo comienzo. Después de que el Papa cruzara la puerta, lo siguieron cardenales, obispos y representantes de todas las regiones del mundo, reflejando la universalidad de este Año Santo.
El Jubileo no solo será celebrado en Roma. En los próximos días se abrirán las Puertas Santas de otras basílicas papales, incluyendo San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros. Además, el 26 de diciembre, el Papa abrirá una Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia como un gesto de esperanza hacia los privados de libertad.
El Pontífice, en su bula Spes non confundit, expresó que este Jubileo busca fomentar la esperanza, la reconciliación y la dignidad humana. Miles de peregrinos ya han comenzado a llegar a Roma para participar en este tiempo de gracia, que también subraya el compromiso de la Iglesia con el respeto a la creación y la promoción de relaciones justas y solidarias.
Este Año Santo es una invitación para que todos, creyentes y no creyentes, encuentren un camino hacia la renovación y la esperanza en un mundo necesitado de paz y unidad.