El Papa Francisco envió una carta a los obispos católicos de Estados Unidos en la que expresa su preocupación por la crisis migratoria y las deportaciones masivas que afectan a miles de personas. La misiva, difundida por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), destaca la necesidad de un trato digno para todos los migrantes y rechaza las políticas coercitivas que criminalizan su condición.
En el documento, el Pontífice subraya que un verdadero estado de derecho debe garantizar la protección de los más vulnerables y regular la migración de manera justa y legal. Advirtió que el uso de la fuerza para abordar esta problemática no solo es ineficaz, sino que también socava los principios fundamentales de la dignidad humana. Además, criticó las narrativas que asocian la migración con la criminalidad, señalando que estas distorsionan la vida social y fortalecen la discriminación.
El Papa también reconoció el esfuerzo de los obispos en la defensa de los derechos de los migrantes, instándolos a seguir promoviendo la solidaridad y la justicia. Hizo un llamado a la comunidad internacional para construir puentes en lugar de muros y evitar el sufrimiento innecesario de quienes huyen de la pobreza y la violencia. Su mensaje enfatiza que la humanidad está llamada a la compasión y a la cooperación, rechazando cualquier forma de exclusión y desigualdad.