La situación que se vive en Afganistán ha perjudicado el deporte, y los deportistas que representarían en los Juegos Paralímpicos de Tokio no podrán asistir. Otras atletas incluso han pedido ayuda para poder salir de su país.
Miles de personas desesperadas acudieron este lunes al aeropuerto de Kabul para intentar salir de Afganistán, que pasó al control de los talibanes tras el colapso del gobierno y la huida del presidente Ashraf Ghani.
Los dos deportistas que representarían a la delegación Afgana en los Juegos Paralímpicos: Zakia Khudadadi y Hossain Rasouli, que compiten en taekwondo, se perderán la cita paralímpica.
Khudadadi de 23 años, se convertiría en la primera mujer en representar a Afganistán en unos Juegos Paralímpicos, pero los talibanes, quienes se oponen en un principio a que las mujeres vayan a la escuela, trabajen o hagan deporte, tomaron Kabul.
El Comité Paralímpico Internacional no ha hecho ningún comentario sobre una ayuda a los deportistas paralímpicos afganos.
«Esperamos que el equipo y su cuerpo técnico estén seguros durante este periodo difícil».
Hace tan solo una semana, el jefe de la delegación afgana, Arian Sadiqi esperaba que los Juegos Paralímpicos ofrecieran una oportunidad «de mandar un mensaje de coexistencia a la humanidad».
Deportista afgana pide auxilio
Ante la situación que se vive con la entrada de los talibanes a Afganistán, el mundo del deporte también pide auxilio: Nilofar Bayat, capitana del equipo de baloncesto en silla de ruedas de dicho país, ha lanzado un mensaje de ayuda para huir de Afganistán, aunque eso suponga sacrificar su trabajo y su pasión, el baloncesto.
La deportistas paralímpica fue víctima de la guerra civil que comenzó en Afganistán en 1992. Cuando tenía tan solo dos años, un misil impactó en su casa, mató a su hermano y a ella le causó una lesión en la médula espinal.
«Era la primera vez que los talibanes venían a Afganistán. Un misil colisionó en mi casa y me produjo una lesión en la médula espinal. Después de esto, tengo una discapacidad permanente».
Nilofar pidió ayuda para salir del país y asegur, en una entrevista para «rtve», tener mucho miedo por la situación
«Ayer lo talibanes entraron a Kabul y el presidente de Afganistán dejó la capital, dejándonos solos. Tengo mucho miedo y estoy preocupada por mi futuro, quiero irme del país. Trabajo en el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC), me encanta mi trabajo y me encanta ayudar a otras mujeres que tienen discapacidad, pueden sentir su dolor y puedo entenderlas. Pero después de esto, no habrá una forma de volver a jugar al baloncesto. Es muy difícil para mí y para mis compañeras de equipo», relató.
Ante la petición de auxilio, El Ministerio de Asuntos Exteriores, la Federación Española de Baloncesto (FEB), y el Consejo Superior de Deportes, están colaborando conjuntamente en un intento por sacar a Nilofar del país, aunque la situación luce muy complicada.
Tras la entrada de los talibanes, mujeres y niñas se convierten en uno de los colectivos más vulnerables. El deporte femenil peligra en Afganistán.
«Para los hombres, el deporte estará permitido, pero creo que para las mujeres será peligroso. Creo que no podré hacer deporte después de esto porque llamo a las chicas de otras provincias tomadas por talibanes y me dicen que no van a hacer deporte, ahora no está permitido para las mujeres y me entristece porque trabajé muy duro durante ocho años en el baloncesto. Ahora, los talibanes nos lo quitan fácilmente».
«El baloncesto es una parte muy importante en mi vida. Tengo metas que cumplir en el baloncesto, algo por lo que trabajar duro y tener esperanza. Cuando estoy en el gimnasio practicando deporte, olvido mi discapacidad y olvido todo lo que sucede en mi país y el dolor. Me siento fuerte y positiva».