El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que fuerzas militares de su país realizaron un ataque en aguas del Caribe contra una embarcación presuntamente vinculada al grupo criminal Tren de Aragua y originaria de Venezuela. De acuerdo con la versión oficial, el operativo dejó un saldo de 11 personas muertas, todas integrantes de la organización delictiva.
“El ataque se realizó mientras los terroristas estaban en el mar en aguas internacionales, transportando narcóticos ilegales rumbo a Estados Unidos. Ningún miembro de las fuerzas armadas estadounidenses resultó herido en este ataque”, aseguró Trump en un mensaje publicado en Truth Social.
El mandatario acompañó su declaración con un video en el que se observa una lancha rápida navegando a gran velocidad, hasta que un destello impacta la embarcación, que termina envuelta en llamas. “Por favor, que esto sirva como aviso para cualquiera que siquiera piense en traer drogas a los Estados Unidos de América”, añadió Trump.
Sin embargo, desde Venezuela la reacción no tardó en llegar. El ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, desestimó la veracidad de la grabación al afirmar que el material fue generado con inteligencia artificial, acusando a Washington de manipular la narrativa.
El hecho representa una nueva escalada en la estrategia de seguridad de Estados Unidos contra organizaciones criminales en la región. Apenas en agosto, el Pentágono había desplegado buques de guerra en aguas del Caribe con el argumento de frenar el avance de cárteles latinoamericanos.
La administración de Trump mantiene su señalamiento directo contra el presidente Nicolás Maduro, a quien acusan de tener vínculos y control sobre el Tren de Aragua. De hecho, el mes pasado se anunció una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura del mandatario venezolano.
Este episodio no solo refleja el endurecimiento de las medidas estadounidenses contra el crimen organizado, sino también la tensión diplomática creciente entre Washington y Caracas, con el Tren de Aragua como nuevo eje de confrontación.