El ejército de Ecuador informa la detención de 329 criminales y la muerte de cinco personas después de la jornada de violencia del martes, que dejó un saldo de 14 muertos, incluidos dos policías. La operación se dirige contra tres grupos delictivos: Tiguerones, Lobos y Choneros. Además, cuatro policías secuestrados fueron liberados, pero 125 guardias penitenciarios permanecen retenidos.
La respuesta del gobierno ante la ola de violencia relacionada con el narcotráfico ha llevado al presidente Daniel Noboa a declarar que el país está en «estado de guerra». Comprometiéndose a enfrentar a más de 20 mil miembros de organizaciones «terroristas», el mandatario ha otorgado estatus beligerante a las organizaciones criminales y ha ordenado a los militares «neutralizar» a las bandas vinculadas a cárteles de México y Colombia.
La crisis se desató tras la fuga de Adolfo Macías, alias «Fito», líder de Los Choneros, la principal organización criminal del país. En medio de la ofensiva, Noboa advierte que jueces y fiscales que ayuden a líderes terroristas serán considerados parte de la red de terrorismo.
El presidente recibió la «extrema preocupación» de Estados Unidos y respaldo de otros países ante la violencia y el crimen organizado en Ecuador. El gobierno también planea deportar a presos extranjeros, especialmente colombianos, para reducir la población carcelaria y los costos.
Mientras tanto, la toma del canal TC Televisión en Guayaquil por grupos criminales se considera un acto terrorista. Dieciocho personas están detenidas por su presunta participación, incluyendo dos menores de edad. La señal del canal fue interrumpida durante el ataque, que se prolongó durante unos 30 minutos.
En medio de la violencia, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó su solidaridad con el pueblo y el gobierno de Ecuador, reprobando los actos vandálicos y la violencia. La situación continúa evolucionando mientras Ecuador busca restablecer la paz en medio de la agitación generada por el narcotráfico.