El primer concierto de Taylor Swift en México dejó una estela de euforia y emoción inolvidable. Con camisetas que llevaban el lema «Taylor, hermana, ya eres mexicana», los fans, conocidos como «swifties», se congregaron en el abarrotado Foro Sol de la Ciudad de México para dar la bienvenida a la estrella pop que había evadido el país durante 17 años. Un total de 58,126 personas (según los organizadores) se reunieron para ser testigos del esperado espectáculo.
La pasión desbordante de los fans se hizo evidente durante más de tres horas de concierto. Entre corear «Taylor, hermana, ya eres mexicana» y cantar junto a su ídolo, la audiencia expresó su felicidad postergada. La emoción fue palpable cuando Taylor Swift, con melena rubia, bodysuit brillante y labios rojos, se presentó en el escenario interpretando «Miss Americana & the Heartbreak Prince».
Tomada por sorpresa por la intensidad del público, Swift expresó su gratitud y asombro. «Ciudad de México, me estás haciendo sentir increíble. ¡Se me va a subir a la cabeza. Es hermoso!», exclamó la estrella. Este concierto fue visto como una oportunidad para que Taylor Swift se pusiera al día con su base de fans mexicanos y dejara claro que el país es, sin duda, un territorio «swiftie».
El concierto, parte de su gira «The Eras», presentó una ambiciosa y audaz mezcla de sus 10 discos, desde su época country-folk hasta su enfoque popero más electrónico. Swift llevó al escenario su característico universo «swiftverso», lleno de referencias y simbolismos. Con tres escenarios conectados por una pasarela, efectos visuales impresionantes, cambios de vestuario deslumbrantes y una narrativa que abarca desde la intimidad hasta el gran espectáculo, el concierto fue una experiencia completa y emocionante.
La relación de Taylor Swift con sus seguidores va más allá de su música. Ella les habla a las mujeres de diferentes generaciones y las hace sentir jóvenes y empoderadas. El concierto en México demostró cómo su música y su lucha en la industria la han convertido en un ícono que trasciende la música misma.
Después de un espectáculo que fluyó sin contratiempos y que incluyó éxitos y sorpresas, Swift se despidió agradeciendo a México por la cálida recepción. La espera de 17 años por parte de los mexicanos valió la pena, y ahora ya cuentan los días para su próxima visita.