El Día Internacional de la Mujer, conmemorado cada 8 de marzo, tiene sus raíces en la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos, mejores condiciones laborales y el derecho al voto.
Aunque la Organización de las Naciones Unidas (ONU) oficializó la fecha en 1977, su origen se remonta a principios del siglo XX.
En 1910, la política y activista alemana Clara Zetkin propuso en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague, la creación de un día dedicado a las mujeres para reivindicar sus derechos, en especial el sufragio.
La idea se materializó en 1911, cuando un millón de mujeres marcharon en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza el 19 de marzo. Uno de los eventos más trágicamente ligados a esta lucha fue el incendio de la fábrica textil Triangle Shirtwaist, ocurrido en Nueva York el 25 de marzo de 1911.
En el desastre murieron 146 personas, la mayoría mujeres jóvenes inmigrantes, lo que generó un debate sobre las condiciones laborales y llevó a reformas en materia de seguridad industrial.
Sin embargo, la fecha del 8 de marzo se vincula con otro acontecimiento clave: la marcha de mujeres en Rusia en 1917.
En plena Primera Guerra Mundial, miles de obreras salieron a las calles de San Petersburgo el 23 de febrero del calendario juliano—equivalente al 8 de marzo en el calendario gregoriano—exigiendo “pan y paz”.
Este hecho fue uno de los detonantes de la Revolución Rusa, y meses después, el nuevo gobierno otorgó el derecho al voto a las mujeres.