La policía francesa arrestó el viernes a un individuo que ingresó al consulado de Irán en París portando lo que parecía ser una granada y un chaleco explosivo, amenazando con detonarse. Aunque inicialmente se temió un ataque, posteriormente se confirmó que el hombre no llevaba ningún explosivo consigo. Fue detenido a las 14:45 horas tras salir del consulado.
Según testigos citados por el periódico Le Parisien, el individuo habría expresado su deseo de vengar la muerte de su hermano, arrastrando banderas por el suelo del consulado. Sin embargo, no se estableció de inmediato si este incidente estaba relacionado con las tensiones actuales entre Irán e Israel.
El arresto se produjo en un contexto de recientes tensiones entre Irán e Israel, luego de que explosiones resonaran en la ciudad iraní de Isfahán, en lo que se describió como un posible ataque israelí. A pesar de esto, Teherán minimizó el incidente y declaró que no planeaba represalias, aparentemente buscando evitar una escalada de conflictos en la región.
Este episodio resalta la sensibilidad y la preocupación por la seguridad en los consulados y embajadas, así como la necesidad de una vigilancia constante para prevenir posibles ataques terroristas.